Los vecinos de la calle Estudios están hartos. Algún desaprensivo ha convertido la esquina con la confluencia de la calle Edades del Hombre, junto a la iglesia de Santiago, en un verdadero wáter para perros. Cada día tienen que aguantar los orines y los excrementos de los canes hasta tal punto que es difícil transitar por la vía sin pisar alguno de estos asquerosos regalitos. Una lectora y vecina de esta zona pide, ya a la desesperada, una solución y un poco de compasión al ciudadano o ciudadanos que permiten a su mascota evacuar en la calle y lo que es más sangrante, no recogerlo.