
Tras la bendición de los ramos y palmas y a pesar de la negrura del cielo, la procesión más alegre de todas cuantas se celebran, junto a la del Encuentro del próximo domingo, salía del templo de Santiago. La imagen de La Borriquilla, como popularmente se conoce en Rioseco a la entrada triunfal de Cristo en Jerusalén –única a ruedas- era rodeada por centenares de niños y familias que desfilaban por las calles de Rioseco.
La anécdota de la procesión tuvo lugar cuando el sacerdote, acompañado de las respectivas autoridades, acababa de bendecir las palmas. En ese momento la procesión arrancaba sin que esta comitiva se hubiera incorporado al desfile, que ya alcanzaba la calle de Los Lienzos. Entonces dieron aviso a Protección Civil que hizo detener la talla de La Borriquilla, empujada por los niños, hasta que sacerdote y autoridades de la Junta de Semana Santa y del Ayuntamiento alcanzaban la procesión.
La amenaza de lluvia hizo que el desfile tuviera que ir casi al trote, y cuando alcanzó la calle Mayor y las primeras gotas hicieron acto de presencia, el desfile tuvo que incrementar su marcha para tomar cobijo en la iglesia de Santa María y poner punto y final a la primera de las seis procesiones previstas en la semana grande de Rioseco.
Un multitudinario y animado vermú que se alargó, en muchos casos, hasta bien entrada la noche puso punto y final al lluvioso día que supone el pistoletazo oficial de la Semana Santa de Rioseco.
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