La belleza del Cristo de la Clemencia en las calles de Rioseco

La procesión del Crucificado recorrió las principales arterias de la ciudad en un desfile recogido con momentos espectaculares en la salida y entrada a los templos

[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=QpOQfVN3Peg[/youtube]

La espectacular talla del Cristo de la Clemencia que salió de la gubia del riosecano Pedro de Bolduque en los últimos años del siglo XVI parece que se concibió para verla desfilar por las calles de Rioseco a hombros de los cofrades. Y es que la belleza de esta excepcional escultura se acrecienta al paso de iglesias y soportales y contemplando la escena desde unos metros más abajo, donde se aprecia la serenidad de un Cristo ya muerto.

Por tercer año consecutivo, el Crucificado volvió a desfilar en esta nueva procesión, acompañado de su banda de cornetas y tambores y de su nueva cofradía que desfila con túnica blanca y careta de terciopelo morado (una mezcla un tanto extraña en Rioseco). La lluvia dio una tregua y la noche, aún fría, se quedó rasa para que el Cristo de la Clemencia fuera el único protagonista de la velada, en una procesión íntima y recogida.

Puntuales a su cita, doce jóvenes cofrades sacaban de la iglesia de Santiago al Crucificado en una complicada, pero bella, maniobra. Enseguida enfilaba la calle de Los Lienzos donde, incomprensiblemente, la fachada plateresca de Santiago no estaba iluminada; para llegar a la Plaza Mayor, en medio de un acompasado baile. Si la Calle Mayor, con su rúa porticada, es el mejor lugar para contemplar las procesiones, la del Cristo de la Clemencia no es una excepción; aunque cientos de riosecanos y un puñado de visitantes se dieron cita también en el interior de la iglesia de Santa María para ver la talla en la entrada y salida del templo. Antes un acto de plegaria conducido por el párroco Juan Carlos Fraile puso el punto más espiritual a la procesión, en la que, como novedad, se rezó el rosario.

De nuevo las maniobras fueron complejas y jaleadas por los curiosos que no se perdieron la imagen del Cristo enmarcada en las dos puertas del templo. Dos horas después, el Cristo de la Clemencia regresaba a Santiago. Esta vez, de forma acertada no se entonó la Salve como en años anteriores (es un Cristo, no una Virgen). Los mismos doce cofrades depositaban la talla en el interior del templo y un viva el Cristo de la Clemencia rasgaba la noche en la que el Crucificado desfiló, si lluvia, por las calles de la Ciudad de los Almirantes.

Fotografías por David Carpintero y Teresa Castilviejo

Hoy, Via Crucis a partir de las 19.30 horas
La tercera de las procesiones riosecanas tiene su cita hoy a partir de las 19.30 horas. El Cristo del Amparo partirá a hombros de los cofrades de las diferentes hermandades riosecanas desde Santa María y se irán recogiendo las cruces que representan las catorce estaciones del Vía Crucis repartidas por diferentes puntos de las calles procesionales. Uno de los momentos más álgidos es su encuentro con la Virgen Dolorosa en el atrio de la iglesia de santiago. Las previsiones meteorológicas para hoy no son del todo negativas. Todo lo contrario a las del Jueves Santo y, muy especialmente, a las del Viernes.

share on: