
Esta puesta en escena, de nuevo bajo la dirección de Goyi González, es la elegida por el grupo torreño para su participación en la XXX Muestra de Teatro Aficionado de la Diputación de Valladolid, que el pasado año ganaron con la obra El método Grönholm, de Jordi Galcerán.
Torito bravo, de Patxo Tellería y Aitor Mazo, hace hablar a dos toros bravos, y sus reflexiones se convierten en un discurso sobre la existencia humana y sus comportamientos depredadores. Con un lenguaje recurrente, preñado de términos taurinos, la vida en la dehesa de Percatao y Lucero [que interpreta el actor riosecano Javier Fernández], como antesala de una tortura y una sentencia previa, se convierte en metáfora sobre la existencia humana.
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