Los últimos acordes semanasanteros se dejaron escuchar en la iglesia de Santiago el pasado sábado. La cita, inmejorable, reunió a las bandas de cornetas y tambores de La Sagrada Lanzada, Preciosísima Sangre y Jesús Nazareno de Santiago y la Santa Verónica, los anfitriones, del VI Memorial Ignacio Fraile, un evento que sirvió para poner el punto y final a una Pasión, la riosecana, que este año ha estado empañada por la lluvia.
Desde hace seis años la banda de cornetas y tambores del Nazareno finaliza la Semana Santa con el recuerdo emocionado a Ignacio Fraile, un pequeño cofrade miembro de la banda, que se fue demasiado pronto. Un emotivo certamen que sirve para que familiares, amigos y hermanos de la cofradía tengan muy presente al pequeño Nacho. Tanto que el momento más emocionante del concierto llegó con la interpretación de la marcha Nostalgia de un tambor, en su memoria, en la que participaron miembros de las tres bandas.
En esta ocasión, el director de la banda Manuel Calvo hacía un balance “muy positivo” del certamen, que logró juntar a dos de las grandes agrupaciones vallisoletanas. Comenzó con un vistoso pasacalles desde la plaza de Santo Domingo hasta la iglesia de Santiago, donde se desarrolló el concierto, con la presencia de los dos pasos titulares de la cofradía, Jesús Nazareno de Santiago y la Santa Verónica.
Manuel Calvo recordó que todos los componentes de la banda quisieron reconocer “el apoyo” de sus familiares, entregando una flor. “Ello son quien más nos animan en el día a día, quienes nos acompañan a todos nuestros conciertos y por eso se merecían este pequeño homenaje”, expresó Calvo, quien destacó que “el tiempo acompañó y nos pudimos sacar, en cierta medida, la espinita de otro Jueves Santo más con lluvia”.
La banda del Nazareno iniciará, ahora, unos merecidos días de descanso y en el mes de mayo retomarán los ensayos con la mente puesta en varios proyectos.