La autovía A-60 Valladolid-Villanubla, lista en septiembre

El director de Carreteras, Jorge Urrechu, ha visitado las obras y dice que se ha priorizado la entrada a León y Valladolid en la construcción de esta vía

La autovía A-60 en su tramo Valladolid-Villanubla entrará en funcionamiento en el próximo mes de septiembre. Así lo ha confirmado el director general de Carreteras del Ministerio de Fomento, Jorge Urrechu Corrales, en su visita a las obras de la nueva vía, que se encuentran en su última fase de ejecución.

“Aunque aún queda bastante obra como la capa de rodadura, las barreras, la señalización y los enlaces se está trabajando a pleno rendimiento aprovechando el verano, estamos convencidos de que el próximo mes entre en servicio, dijo Urrechu, quien estuvo acompañado en su visita por el delegado del Gobierno en Castilla y León, Ramiro Ruiz Medrano, y por el subdelegado del Gobierno en Valladolid, José Antonio Martínez Bermejo.

Después de visitar la llamada Ronda Exterior, que verá su luz en la capital el próximo verano, la comitiva se ha desplazado hasta las obras de la A-60 y han recorrido los 16 kilómetros de la nueva autovía entre Valladolid y la Nacional 601, a la altura del cruce de Peñaflor de Hornija y Villalba. Urrechu ha explicado que esta es otra de las infraestructuras que Fomento consideraba “fundamentales”.

El director de carreteras dice que se ha “priorizado” las zonas de tráfico “más intenso” que coinciden con la entrada a León y la de Valladolid y ha asegurado que “se sigue la tramitación de los proyectos de los distintos tramos del resto de autovía”, aunque era “fundamental” poner en servicio estos dos accesos. Las obras en estos 16 kilómetros de carretera, que cuenta con cuatro conexiones (Zaratán, Villanubla, aeropuerto y cruce de Peñaflor-Villalba) cuentan con un presupuesto de 47 millones de euros.

La Voz recorre en primicia el nuevo trazado de la autovía
Lavozderioseco.com ha tenido el privilegio de circular por los 16 kilómetros de la nueva vía desde su conexión en Zaratán hasta el cruce de Peñaflor. Sin duda, lo primero que llama la atención es la llamada subida de Zaratán, prácticamente una recta en ascenso que nada tiene que ver con el sinuoso y peligroso trazado que existe en la actualidad, y que se ha cobrado muchos accidentes. El trayecto prosigue por detrás del polígono San Cosme de Villanubla, al que también existe un acceso, y la curva de Villanubla ya no es una herradura. Se ha suavizado el trazado hasta el punto de que el rodeo a la pista de aterrizaje apenas es perceptible y que desemboca en la última de las conexiones, la de Peñaflor-Villalba. En definitiva, una vía que evitará los peligrosos tramos ahora existentes y que permitirá a los riosecanos que acudan a Valladolid ahorrarse un valioso tiempo.

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