Los protagonistas de esta entrevista no podían ser más diferentes. Desde el físico hasta la personalidad, Christian y Suso son como el día y la noche, como el agua y el vino, como el blanco y el negro. Y es que muy poco tienen en común en cuanto a su posición en el campo, su trayectoria futbolística, sus orígenes dando patadas a un balón… No obstante, sí hay algo que comparten y que les mantendrá unidos, al menos, durante esta temporada. Ese nexo no podía ser otro que el Club Deportivo Rioseco. Ambos defienden la camiseta blanquinegra por primera vez en su vida y ninguno de los dos es riosecano. Por esto, y para que su afición pueda conocerles un poco más a fondo, La Voz de Rioseco ha decidido juntarles en esta reveladora entrevista.
PREGUNTA.- Christian, tú juegas normalmente como extremo o punta; y tú Suso, rotas entre la defensa y el centro del campo, ¿siempre habéis jugado en esas posiciones?
CHRISTIAN.- Sí, aunque en algunas ocasiones he jugado de medio, siempre suelo jugar de extremo o punta.
SUSO.- Hay años que solo he jugado de central, otros solo de mediocentro y otras veces he turnado. Este año voy alternando según las necesidades del equipo.
P.- ¿Cuándo empezasteis a jugar al fútbol?
CH.- Empecé jugando al fútbol sala en la Liga Escolar con 5 años y estuve hasta los 13, que pasé al equipo infantil del Real Valladolid, donde jugué cinco años, hasta que me fui a la Sur.
S.- Cuando era pequeño sí que jugaba al fútbol sala en lo típico del deporte escolar; pero hasta los 16 años no empecé a jugar al fútbol once. Estuve en el equipo juvenil del Villalón, que solo duró dos años, porque mis padres no me podían llevar a ningún sitio a jugar, así que solo podía hacerlo en el pueblo. Después, me fui a estudiar a Palencia y jugué un año más en el primer equipo del Villalón en Provincial. Estuve un año parado y después he estado en diferentes equipos palentinos.
P.- ¿Qué diferencia al Rioseco de vuestros equipos anteriores?
CH.- Comparándolo con la Sur, por ejemplo, para empezar, el campo, que es muchísimo mejor. Y también la Liga, que en esta hay menos intensidad, lógicamente. Con la Sur, la exigencia era mucho mayor, porque además luchábamos por subir a Segunda. El ambiente es muy parecido porque éramos un grupo de amigos igual que aquí.
S.- La gente de los pueblos es un poco más grupo. Los de la ciudad no hacen tanta piña, cada uno es de un sitio y hay más grupitos. Aquí somos más vestuario.
Christian Ampudia Santos nació el 9 de marzo de 1995 en Valladolid. Mide 1’73cm y pesa 69kg. Es extrovertido y posee mucha confianza y seguridad tanto en sí mismo como en el fútbol que tiene en sus piernas. Como jugador, por sus condiciones técnicas y físicas, es rápido y ofensivo. Comenzó su andadura en los terrenos de juego con tan solo cinco años en la Liga Escolar jugando al fútbol sala. En 2008 pasó a formar parte de la plantilla del equipo infantil del Real Valladolid, club en el que militó hasta el año pasado que fue fichado por la UD Sur. Llegó al CD Rioseco hace tan solo unos meses, todavía recuperándose de una fuerte lesión de rodilla. Además, Christian ha jugado en las selecciones Sub-14 y Sub-16 de Castilla y León, y en la Sub-15 de Valladolid.
Jesús Pastor Ramos ‘Suso’ nació el 31 de mayo de 1990 en Valladolid. Mide 1’90cm y pesa 89kg. Es serio y reservado. En el campo es muy polivalente, puede jugar tanto en ataque como en defensa; pero, por sus características físicas, es más defensivo que ofensivo. Comenzó su andadura en los terrenos de juego cuando tenía 16 años en el equipo juvenil de su pueblo, el CP Villalón de Campos, y dos años después, en 2008, dio el salto al primer equipo. Durante su etapa como estudiante en Palencia militó en varios equipos de la provincia. Así, jugó en el CF Palencia B y el CD Palencia Balompié, en Provincial; y en el CD Castilla Palencia y el CD Velilla, en Regional. Llegó al CD Rioseco en pretemporada y es, desde el inicio de la Liga, un fijo en el once blanquinegro.
P.- ¿Cómo y por qué llegasteis a parar al CD Rioseco?
CH.- Yo estaba lesionado y Álvaro Sánchez, que jugaba conmigo, me dijo “vente a jugar al Rioseco” y desde el primer momento le dije que sí, es más, lo tenía claro desde abril. Además, también está Churre, que había coincidido con él en el Valladolid y me motivaba mucho el volver a jugar juntos.
S.- Fue porque es el equipo que más cerca me pillaba de los que están en Preferente. Estaba entre ir a algún equipo de Palencia como los años anteriores o quedarme aquí. Vine a probar, me gustó la gente y aquí estoy. Desde el primer día no tuve ninguna duda. En otros equipos en los que he probado salí contento también, pero con alguna dudilla y aquí no tuve esa sensación.
P.- ¿Qué es lo mejor de jugar aquí?
CH.- El ambiente. Yo tenía muchas ganas de jugar representando a un pueblo porque es diferente que jugar en un equipo de barrio. Aquí vienes y lógicamente todo el pueblo está apoyándote para que ganes. El ambiente es mucho mejor aquí.
S.- El ambiente. Cuando jugamos en casa, sobre todo, se nota que la gente está muy encima, que aprieta. Esto solo suele pasar en los equipos de pueblo. También, me gusta que los jugadores seamos de la zona y que la gran mayoría de ellos sean de Rioseco porque si viniesen doce tíos de fuera no sería el CD Rioseco, solo se mantendría el nombre.
P.- ¿Qué significa para vosotros el fútbol?
CH.- Pues imagínate desde los cinco años que llevo jugando… lo es todo.
S.- Para mí el fútbol es casi todo. Es la vía para desconectar de las demás cosas, de la rutina. Antes de los estudios, luego del trabajo… es como que das cuatro patadas y te olvidas del resto.
P.- ¿A qué os dedicáis fuera de los terrenos de juego?
CH.- Estudio segundo de Magisterio en Educación Primaria en la Universidad de Valladolid y quiero especializarme en Educación Física. Ah, y apruebo todas. (Risas).
S.- Ahora mismo estoy en paro. Estudié la Diplomatura de Magisterio de Educación Física en Palencia.
P.- ¿Y cómo lleváis el hecho de ser los únicos del equipo que no son del pueblo?
CH.- Bien, no hay ningún problema, me han acogido todos muy bien.
S.- No ha influido el ser de fuera, todos se preocuparon por mí desde el primer día. Sí que es verdad que notas que no es lo mismo gente que se conoce hace diez años y yo que he venido hace unos meses.
P.- ¿Cómo fue la adaptación?
CH.- Perfecta. Yo solo conocía a Churre y a Sánchez y la verdad es que muy bien, son todos muy majos. Lo único que me costó fue aprenderme los nombres porque son todos motes. (Risas).
S.- Desde el primer día me acogieron muy bien. De hecho, en los partidos a mí me animan igual que a los que son de aquí, incluso algún día más.
P.- Lleváis años jugando al fútbol, ¿cuál o cuáles han sido las lesiones que más han frenado vuestra progresión?
CH.- Sin duda las dos últimas que he tenido. Me lesioné a finales de enero del año pasado de la rodilla y ya me han operado dos veces. He estado hasta hace un mes sin poder jugar y aún estoy un poco débil, tengo alguna molestia, pero bien. Y además de esta, estuve antes otros diez meses con el tobillo. Así que en dos años he jugado muy poco. Y, claro, eso se nota en mi rendimiento, antes era una pasada, mucho mejor que ahora, pero espero recuperarlo. Al principio lo pasé muy mal, pero, bueno, con el tiempo lo fui llevando mejor.
S.- El año pasado, en el primer partido de pretemporada con el CD Velilla, tuve un esguince de dos meses. Y, aunque está recuperado, todavía arrastro las consecuencias. Tengo alguna molestia, pero me permite jugar. Además, me dijeron que las tendré siempre, así que tengo que aprender a jugar con ello.
P.- ¿Qué os parece el equipo que se ha creado esta temporada?
CH.- Muy bueno. El problema es que no podemos entrenar todos juntos, si no estaríamos mucho más arriba y ya estamos muy bien para lo poco que entrenamos juntos; incluso creo que vamos a ir a más. A ver si podemos quedar entre los primeros. El equipo técnico sabe llevarnos muy bien. Las charlas que nos dan son muy importantes y en los descansos siempre nos apoyan. Personalmente, no necesito mucha motivación, aunque es importante; a mí si me critican tampoco me vengo abajo, pero si motivan es mejor.
S.-Tenemos una plantilla corta y entre lesiones, sanciones y trabajos estamos justos. Tenemos un buen once con cambios, pero es eso, un poco justos. No obstante, creo que con lo que tenemos podemos competir con todos y quedar al final de temporada de mitad de tabla para arriba. También es importante el tener jugadores veteranos como Paco y Ángel Molina, que han jugado muchos años en la categoría y siempre aprendes algo de ellos.
CH.- Verticalidad y velocidad al juego.
S.- No puedo aportar experiencia porque no llevo mucho jugando, pero sí equilibrio por mis condiciones físicas.
P.- ¿Cómo es el ambiente en el vestuario?
CH.- Como una fiesta siempre, siempre de broma. Los días que nos va mal pues estamos jodidos, pero se nos pasa rápido y ya nos ponemos a pensar en el siguiente partido.
S.-El ambiente es muy bueno, estoy contento con todos. Siempre están haciendo bromas.
P.- ¿Qué es lo que más destaca del juego del CD Rioseco?
CH.- Quizás la contundencia atrás y la efectividad, como, por ejemplo, en el partido contra el Universitario que llegamos tres veces a portería y marcamos tres goles. Y también la capacidad de competir porque nos pueden hacer un gol, pero aun así seguimos luchando y al final casi siempre ganamos.
S.- La solidaridad. Somos un equipo que trabaja y se ayuda mucho, con mucha entrega y que se aprovecha de jugadores con mucho gol como Paco y Ángel.
P.- ¿Qué tal con el entrenador?
CH.- Muy bien. Él ha sido jugador durante muchos años y eso se nota. Entiende mucho al jugador y le sabe llevar. Yo con otros entrenadores estaba acostumbrado a sacarla desde atrás jugada y con David también lo intentamos hacer, así que bien.
S.-Estoy contento porque tiene una metodología de trabajo muy buena, pese a que es difícil, entrenando con tan pocos. Se lo prepara mucho y eso me gusta.
P.- Y por último, ¿cómo es la afición de Rioseco?
CH.- Es un poco leñera la grada y me gusta ese ambiente, incluso que al ir fuera se note presión. Tampoco nos acompañan muchos, pero los que van apoyan. (Risas).
S.- La afición siempre está ahí apoyando y, a veces, da mucha caña a los árbitros. Y es algo que, bueno, no es que me guste, ni que me disguste.