Jesús Fernández: «Estar en La Vuelta ha sido gratificante»

Este guardia civil de la agrupación de tráfico de Medina de Rioseco ha sido uno de los 140 agentes que han velado por la segurida de la ronda cilcista

J.A. Gallego/ Foto: Fradejas

No ha sido protagonista como Contador, Purito o Valverde; pero sin él -junto al resto de sus compañeros- la Vuelta Ciclista a España 2012, una de las más emocionantes de cuantas se recuerdan, no hubiera sido posible. Él es Jesús Fernández García, guardia civil de la agrupación de tráfico de Medina de Rioseco, quien ha completado su primera ronda ciclista española acompañado de su inseparable moto, con la que ha recorrido en 25 días más de 7.000 km., algo más del doble de lo que han pedaleado las sufridas piernas de los ciclistas.

Todo empezó hace unos meses. «Surgió la posibilidad y me pareció que podía ser una buena experiencia profesional», dice Jesús Fernández. Él ha sido uno de los 140 agentes que han participado en La Vuelta, entre ellos 57 motoristas más. Pero para poder ir en la caravana de seguridad, Jesús ha tenido que superar una dura selección. «Era necesario cumplir unos requisitos: tener más de tres años en la agrupación, completar un mínimo de 6.000 kilómetros al año, superar unas pruebas de habilidad y conducción y un examen teórico», recuerda.

Y con toda la ilusión del mundo y un buen grado de responsabilidad, el día 15 de agosto, cuando media España estaba de fiesta, el guardia civil asentado en Rioseco desde hace cinco años, partió hacia Pamplona, donde la ronda ciclista iniciaba su edición de 2012. «Ha sido una experiencia muy buena, tanto profesional como personal, es muy gratificante y destaco mucho el compañerismo que hemos vivido», apunta el motorista, quien no obstante señala que «te tiene que gustar mucho la moto y tu trabajo para estar casi un mes fuera de casa».

El objetivo fundamental del dispositivo montado por la benemérita es garantizar la seguridad de la prueba en todos los ámbitos. Por eso las tareas son muy amplias y coordinadas: «vamos en la carrera abriendo y cerrando, con las diferentes banderas rojas, verdes y amarillas, cortando y restableciendo cruces o integrados en la caravana publicitaria. Todo está muy estudiado y planificado porque no puede fallar nada».

Después de una dura jornada, aún hay tiempo para visitar la ciudad de destino y charlar con alguno de los participantes, a pesar de que no existe demasiada relación con los ciclistas, concentrados en la carrera. «Coincidimos en el mismo hotel con el Saxobank, el equipo de Alberto Contador. Él bromeaba con nosotros y nos decía que entorpeciéramos a sus rivales», apunta con una sonrisa Jesús Fernández, con ocho años de experiencia en el cuerpo.

21 etapas dan mucho de sí. Para muchas vivencias, recuerdos, anécdotas, momentos de tensión… «En Galicia La Vuelta ha tenido mucha acogida. Yo personalmente me quedo con la etapa de Cambados-Pontevedra, una contrarreloj individual; en la cual yo tuve que ir abriendo a un corredor de Caja Rural». También se lleva un buen recuerdo de la subida a Los Lagos de Covadonga, «la etapa más bonita».

Como casi siempre el trabajo de la guardia civil en La Vuelta pasa desapercibido, pero es imprescindible. Se juegan la vida cuando tienen que descender un puerto, o adelantar al pelotón para cortar el tráfico en un cruce. Incluso en el día de descanso tuvieron que cruzarse toda la península: desde Barcelona a Sanxenjo. Ellos lo asumen como parte de su trabajo, un trabajo bien hecho, el de La Vuelta a España, que este año contó con un riosecano, no encima de una bici, sino a lomos de una moto.

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