Jesús Capa, el artista riosecano que buscaba la luz

El polifacético pintor y escultor de Rioseco participa en la tercera de las jornadas de 'Tardes con Arte' que se puede escuchar de forma íntegra en La Voz

El artista riosecano Jesús Capa repasó más de cuatro décadas de creación artística en la tercera de las jornadas de Tardes con Arte, enmarcadas en el Verano Cultural, que ha organizado el Ayuntamiento de Medina de Rioseco. En una conferencia amena, ilustrada con decenas de fotografías de sus obras más representativas, Capa hizo un recorrido desde aquel joven pintor que empezó a dar sus primeras pinceladas a principios de los años 70 hasta sus últimas creaciones, que verán la luz próximamente en una nueva exposición del riosecano.

Dos artistas riosecanos: Chuchi Capa y Diego Fernández.

“Yo aprendí a pintar pintando”, sentenció el artista, quien recordó cómo “a principios de los años 70 no era fácil iniciarse en la pintura en Medina de Rioseco”. “Afortunadamente un grupo de amigos conseguimos un cuarto donde comenzamos a pintar nuestros primeros bodegones”. Curiosamente, Jesús Capa, cuatro décadas después, está inmerso en un proyecto de interpretación de bodegones tridimensionales de grandes artistas como Zurbarán, aunque poco tiene que ver con esas primigenias pinturas.

Capa ha sido un pintor que en toda su trayectoria ha destacado por su incansable búsqueda de la luz. Comenzó siendo impresionista donde la verdadera importancia “era el color puro y la furia de la pincelada”, muy influenciado por Van Gogh. La siguiente etapa fue más expresionista con claros reflejos de Goya y Solano y, poco a poco, su pintura fue caminando hacia la abstracción, en una etapa donde el grupo El Paso de Tàpies y Viola fue muy importante para el riosecano.

Cuarenta años en la carrera de un artista como Capa, del que el alcalde, Artemio Domínguez, dijo que “ya ha entrado a formar parte de la historia de Medina de Rioseco”, dan para mucho. Para tanto, que Jesús Capa, Chuchi Capa como es más conocido, ha pasado por momentos más figurativos donde tuvo en el cine una continua fuente de inspiración. “Hubo otra época en la que me interesó la actualidad en los rostros desdibujados de la prensa; más tarde volví la mirada hacia la calle, a lo más urbano; también la música, aunque casi siempre eran personajes sin rostro, pues no me interesaban”.

La figura humana, paulatinamente, fue desapareciendo de sus creaciones para apostar por ritmos que marcaban mares imaginarios o la paz de los cielos riosecanos. Capa comienza a interesarse por la escultura y en su pintura se dejan notar los musgos y los líquenes de la Madre Tierra. Ya en el año 2002, en el que inaugura su gran exposición en Medina de Rioseco, concretamente en la iglesia de San Francisco, Capa apuesta por sus cuadros monocromáticos. Una temática que no abandonará en otras grandes exposiciones en diferentes salas de Valladolid. Su obsesión por el gris le llevará a la introducción del acero en su obra. Fue en estos años (principios del 2000) cuando trajo su obra al paseo del Bulevar, donde hoy sigue expuesta. El alcalde, Artemio Domínguez, recordó que por esta pieza, de más de siete toneladas, “el artista renunció a sus retribuciones” en un gran detalle de riosecanismo.

Si en el año 70 Chuchi Capa buscaba la luz, ya bien entrado el siglo XXI la luz sigue siendo una constante. Tanto que también ha creado sus obras retroiluminadas “donde lo importante es que la luz también pinte” o su ciudad de los libros, una impresionante instalación con más de 14.000 libros que “forman una ciudad, con su día y su noche y sus personajes”. Si para un artista cuya búsqueda de la abstracción no ha sido un camino fácil, recorrer cuarenta años de trayectoria artística en apenas tres cuartos de hora es cuanto menos una pincelada complicada que, no obstante, el escaso público que asistió a esta jornada se lo agradeció con un largo aplauso.

El alcalde de Medina de Rioseco, Artemio Domínguez, junto a los artistas Jesús Amigo y Jesús Capa.
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