Son grandes, muy grandes. En el sentido literal de la palabra, pero también en su forma de ser. Ellos son los hermanos Blanco, Francisco y Alberto, riosecanos y campeones de la Liga Nacional de Rugby con su equipo, el Quesos. A pesar de la proeza siguen siendo tan humildes como el primer día. Hasta les dio vergüenza que el CD Rioseco, en su último partido en casa, les hiciera el pasillo. Confiesan en que están viviendo un sueño y estos días se han recorrido todas las instituciones ofreciendo a los aficionados de Valladolid la Copa. Su padre les inoculó el veneno del rugby en el cuerpo. A pesar de los éxitos no descuidan los estudios porque “del rugby solo pueden vivir unos pocos”. Ellos son Francisco y Alberto, campeones dentro y fuera del terreno de juego.
Campeones de Liga de Rugby, un sueño ¿Cómo habéis vivido estos días?
Francisco Blanco: Estos días estas en una nube, todavía no lo asimilas. La gente te felicita, sales en los periódicos y poco a poco te lo vas creyendo.
Alberto Blanco: Yo lo estoy disfrutando cada minuto. Estoy muy contento y muy feliz. Poco a poco te vas dando a cuenta de lo que acabas de conseguir. Es una experiencia muy bonita.
¿Cómo ha sido la liga de la que sois campeones?
F.B.: Sabíamos que éramos un equipazo, pero en el inicio sembramos muchas dudas y fue duro. También en enero nos llevamos un varapalo cuando nos eliminaron en la Copa del Rey pero siempre hemos mostrado compromiso y hubo partidos claves que sacamos adelante.
A.B.: La Liga empezó siendo muy dura, ganamos el primer partido de milagro, perdimos contar el Chami (Cetransa El Salvador, el eterno rival). Hasta el final no hemos visto la luz, ha sido una Liga muy reñida, de menos a más, jugando muy bien especialmente en el tramo final. El último partido fue espectacular, sales y se te ponen los pelos de punta. Solo piensas en que tienes que ganar. No vale otra cosa.
Francisco, además es el segundo capitán del equipo
F.B.: Para mí es un honor y a veces un papel difícil porque hay que tomar decisiones importantes. La capitanía en el rugby es diferente al del fútbol, por ejemplo. Sólo el capitán puede discutir una decisión al árbitro y tras el partido sueles decir unas palabras.
A.B.: Es un placer y un orgullo tener como capitán a mi hermano. Además me viene muy bien porque si hay alguna cosa que no me gusta del juego o de los entrenamientos se lo puedo decir con toda la confianza (risas)
¿Cómo fueron vuestros inicios en el rugby?
F.B.: Al principio jugué de lateral izquierdo en el Club Deportivo Rioseco y por casualidad conocí a alguien del mundo del rugby y empecé a entrenar y me gustó.
A.B.: Primero comenzó mi hermano, claro, pero al siguiente año yo ya estaba entrenando. Me llamaba mucho la atención, me gustaba mucho, y mi padre nos llevaba a Pepe Rojo a ver los derbis. La culpa la tienen mi hermano y mi padre
El rugby: deporte minoritario y a veces no suficientemente valorado…
F.B.: El rugby es un deporte de villanos jugado por caballeros. Es un deporte de contacto, hay mucha entrega y agresividad, pero nunca violento. Se tiene mucho respeto al contrario incluso se le hace el pasillo cuando ganan. Sobre todo es muy sano.
Tan sano, que al final del partido se celebra ‘el tercer tiempo’ con el rival
A.B.: Pues sí, una vez que se acaba el partido, los jugadores de los dos equipos y las aficiones nos juntamos en el mismo bar. Nos tomamos unas cervezas analizamos el partido y en definitiva lo pasamos bien y se pone solución si hubiera algún problema con algún jugador. Creo que eso no ocurre en ningún otro deporte.
¿Qué tiene el rugby en Valladolid para que tenga dos equipos de primerísimo nivel?
F.B.: Es un caso único en España, al que se sumará Madrid la próxima temporada. Creo que tener dos equipos es un lujo y gracias a esa rivalidad existen los dos conjuntos. Uno hace mejorar al otro.
A.B.: Es una rivalidad muy sana y muy bonita. Te ayuda a mejorar. Yo creo también que el rugby es tan importante en Valladolid por el apoyo que tiene de los medios de comunicación, que dan mucha cancha a este deporte y de la propia ciudad que se vuelca con sus dos equipos.
¿Qué diríais a un niño que sienta afición por el rugby?
F.B.: Yo simplemente les diría que prueben a practicar. Es un deporte vistoso, te puedes ensuciar, mancharte de barro y tu madre no te podrá reñir (risas).
A.B.: En nuestro club la cantera es muy importante. Yo diría a los niños que se acerquen hasta Pepe Rojo como hice yo hace años y comiencen a entrenar, estoy convencido de que les picará el gusanillo y seguirán en este deporte. Lo tienen que probar sino se van a arrepentir.
¿Hay afición en Rioseco al rugby?
F.B.: Yo creo que cada vez hay más afición. Muchos amigos nos siguen y además hay otros chavales que también están jugando al rugby. Nosotros en el Quesos B tenemos a A Pani y Apu, y en Las Moreras, un equipo de regional, juega Dani, el batería de Mestizo.
¿Cómo se presenta el futuro?
F.B.: Aún no lo tengo decidido. Pero el futuro del Quesos mínimo tiene que ser como esta campaña. Por lo pronto esperamos ganar la Supercopa de España contra el Ordicia, campeón de la Copa del Rey.
A.B.: Yo aprovechando una beca Erasmus, en Francia, me voy a jugar este año al mismo equipo en el que estuvo mi hermano, el Burdeos, a vivir una nueva experiencia.
¿Cómo ha sido ese pasillo y ese saque de honor que os ha brindado el CD Rioseco, en el que empezasteis como futbolistas?F.B.: Un auténtico honor porque he jugado desde muy pequeño en este club, el fútbol fue mi primer deporte. Y ahora están jugando amigos míos, es un detalle que me ha llegado.
A.B.: A mí la verdad es que me daba un poco de vergüenza que mis amigos con los que voy de fiesta y gente de Rioseco te hagan el pasillo… no te lo acabas de creer. Me ha gustado mucho, pero me ha dado mucho reparo.