Habitat Intermedio: la mejor solución para la venta y alquiler de inmuebles


Hábitat Intermedio, en calle Misericordia número 7, facilita la vida. Al menos en la venta y alquiler de todo tipo de inmuebles, su especialidad. Dedicada a este negocio 20 años, Lola Castrillo comenzó casi de una manera casual. “El solar donde se asienta la inmobiliaria era de mi familia y decidimos promover un edificio de viviendas y locales comerciales. Vendimos todos los pisos”, recuerda.

“Poco después construyeron una promoción al lado y me ofrecieron la posibilidad de venderlos. El tema me gustaba bastante y una notaria amiga me propuso la idea de que debía montar una inmobiliaria. Saqué el título de agente de la propiedad inmobiliaria y creé el negocio”, explica Castrillo, quien recuerda las épocas buenas con muchas promociones incluso de Oviedo y Madrid, y otras promovidas por Hábitat Intermedio.

La situación ahora es diferente. “Como todos llevamos intentando sortear la crisis, ya llevamos seis años en esta tesitura”, añade. “Tenemos muchísimos clientes particulares. Nuestro objetivo y trabajo es resolver todos los problemas con soluciones particulares que se adapten a las necesidades de nuestros clientes”.

Lola Castrillo habla de que ha llegado a realizar hasta cinco operaciones inmobiliarias con una familia, “o gente que nos ha comprado una vivienda en un pueblo y luego ellos mismos nos lo han dado para que lo vendamos”. En la actualidad, estamos trabajando con una Ley sobre certificados de eficiencia energética. “Un particular no puede anunciar una vivienda si no dispone de este certificado; es fundamental tramitarlo y ahí es donde nosotros entramos”.

La propietaria de Hábitat Inmobiliario, pide a la gente de Rioseco y de toda la comarca que sigan confiando “en nosotros como lo han hecho desde hace 20 años”. “Trato muy personal, eficiencia y profesionalidad”, son sus claves para el éxito.

Por último, Castrillo recuerda con una sonrisa una de las muchas curiosidades que ha vivido en su negocio en estas dos décadas. “Vendimos una casa en un millón y medio de pesetas (9.000 euros); la firma la tuvimos que hacer en la sede social de Caja España porque vinieron ¡90 herederos!, fue un show juntar a tanta gente una mañana de un sábado. Aún conservo esa escritura de recuerdo”, relata con una sonrisa.

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