Gamberradas de mal gusto con los porteros automáticos


A un grupo de jóvenes ciudadanos, si es que es así como se les pude llamar, le ha dado la fea costumbre, en las últimas semanas, de jugar con los timbres de los porteros automáticos de algunas comunidades de vecinos. Casi siempre en fin de semana, suelen llamar a horas intempestivas de la madrugada y, lo que es peor, introducen palillos en los pulsadores para que los timbres sigan pitando o lanzan sobre ellos cualquier tipo de líquidos. Algo que provoca el susto de los vecinos que no les queda más remedio que armarse de valor y bajar a la calle para quitar los palillos, eso sí, con gran temor de encontrarse a los bárbaros. Varias personas nos han hecho llegar sus quejas a través de correos electrónicos, y ante la falta de una foto que delatase a este grupo de jóvenes maleducados, ponemos la de los timbres de un portero automático. Es de esperar que surja la solidaridad ciudadana y alguna persona pueda alguna vez saber quiénes son para delatar tamaña fechoría que lo único que hace es impedir la paz de los que quieren dormir y descansar.

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