Once horas de votación interrumpida dan para mucho. Momentos de mucho jaleo, instantes de mayor tranquilidad, anécdotas, gente de toda condición, edad e ideología dirigiéndose hacia los colegios electorales. Un abisinio junto al censo, o una rosa al lado de una urna. Las monjas abandonando la clausura durante unos minutos para ejercer su derecho al voto; los abuelos que no quieren perderse su cita con el voto; los niños que aún no saben qué es eso de la democracia; o la labor desinteresada de interventores y apoderados de los distintos partidos políticos, son sólo algunas de las imágenes que han captado, hasta el momento, las cámaras fotográficas de lavozderioseco.com.