
Durante todo el día no faltaron duendes, saltimbanquis y funambulistas, taller infantil de malabares y cuenta cuentos para los más pequeños. Las pompas de jabón también hicieron las delicias de los niños, mientras que la música de panderos y zanfonas amenizaron las idas y las venidas de los visitantes que, en menos afluencia que otras ediciones, se interesaban por las mercancías de los artesanos y se refrescaban en tabernas y cantinas.
La marionette humanie y el marionetista zancudo visitaron la Rúa Mayor cuando aún el calor apretaba en una jornada de bochorno, donde el sol apenas dio tregua, hasta bien entrada la tarde. Por último, un pasacalles animaba a los viandantes a trasladarse hasta la plaza Mayor, donde allí tendría lugar el espectáculo pirotécnico y equilibrista Aquelarre. Este domingo, el mercado de la India Chica continúa. Los participantes esperan mayor afluencia en esta jornada dominical.
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