El Vía Crucis del Miércoles Santo se ha consolidado en Medina de Rioseco de unos años para acá. Considerado como el aperitivo de los dos grandes festines semanasanteros de Jueves y Viernes que están por venir, el cortejo que se celebra en la Ciudad de los Almirantes cada Miércoles Santo tiene mucho de fervor popular, especialmente en el momento en el que el Cristo gótico del Amparo se encuentra con la Virgen Dolorosa en el atrio de Santiago.
Ocurre una vez iniciado el Vía Crucis desde la iglesia de Santa María. Cofrades representando a las 17 hermandades riosecanas portan en hombros al Cristo Crucificado, aunque no lo hacen en andas, sino en la propia cruz. Además, y simbólicamente van recogiendo las cruces colocadas en las calles por las que transita la procesión.
Al llegar al templo de Santiago, concretamente donde el arte plateresco se convierte en una maravilla en piedra, en su fachada meridional, el Cristo del Amparo se acerca lentamente, para presenciar como la Madre Dolorosa acude al Encuentro. Un momento emotivo que culmina con el canto de la salve a este icono de la Semana Santa riosecana.
La Dolorosa regresa al interior del templo, donde ya aguarda la procesión del Mandato de este Jueves Santo, y el Cristo del Amparo continúa su camino por calle de Los Lienzos, Plaza Mayor hasta la Rúa. Se siguen completando las diferentes estaciones, marcadas con cruces de madera, hasta llegar –de nuevo- a la iglesia de Santa María, donde hace poco más una hora antes partió el desfile y donde durante tres días se ha celebrado un triduo a este crucificado del que es devoto el cardenal riosecano, fray Carlos Amigo.
Acabados los prolegómenos, Rioseco se prepara para vivir sus días grandes de Jueves y Viernes Santo. Esta vez los cofrades no miran al cielo; las temperaturas serán casi veraniegas y eso es un milagro en Rioseco en estas fechas.