Fernando Lalana, ganador del Cervantes Chico, visita el IES

El autor de Trece Perros conversa con los alumnos del instituto

Adela Alfageme

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lalana2Una maestra que se acaba de quedar en paro decide convertirse en detective privado realizando un curso exprés. Pronto recibe su primer encargo: encontrar a Marajá, un perro muy especial. A pesar del rechazo inicial, el cuantioso adelanto la anima a hacerse cargo del caso. Pronto la detective y su hijo, auténtico protagonista junto a su grupo de amigos, se verán envueltos en un extraño caso que tiene su origen 20 años antes en el proyecto denominado Cuencasat. Este es, a grandes rasgos, el argumento de Trece perros, una de las más de cien novelas escritas por Fernando Lalana, que los alumnos de 2º de ESO, 3º de PMAR y 4º de Diversificación han leído durante el segundo trimestre.

Un libro distinto dentro de su bibliografía puesto que, según nos contó el autor, no suele utilizar protagonistas adolescentes. Le interesa más contar aventuras en las que siempre está presente el humor.

Este autor era un viejo conocido de nuestros alumnos, pues muchos habían leído Morirás en Chafarinas o La tuneladora. Con el primero de los dos recibió el Premio Nacional de Literatura Juvenil en 1991, algo que, según sus propias palabras, “le cambió la vida”. Ha recibido en tres ocasiones el Premio Gran Angular por El zulo, Hubo una vez otra guerra y Scratch, y en octubre de 2010 recibió el décimo cuarto premio Cervantes Chico en reconocimiento a su trayectoria literaria.

lalana3El autor compartió con nosotros sus impresiones sobre la creación literaria, nos habló de sus ideas “que se le salen por las orejas” y del gran problema de los autores: “la falta de tiempo para desarrollar todas las ideas”. Aunque también confesó que si le tocara la lotería no volvería a escribir una línea. Eso sí, puntualizó, nunca podría dejar de leer. Para él la literatura es un oficio, algo a lo que se dedicó porque se le daba bien. Nunca pensó que fuera a dedicarse a esto toda la vida, pero ya es demasiado tarde para cambiar de oficio.

Fue una charla distendida en la que los alumnos pudieron resolver todas sus dudas sobre el proceso creativo y sobre una de las cosas que más les interesa, lo que gana un escritor con sus libros y cuáles han sido los más rentables.

El pasado 11 de febrero fue un día muy especial, pues no todos los días se puede hablar con el autor de uno de los libros que hemos leído y al que admiramos. «Desgraciadamente, la mayoría de las veces tengo que contestar a mis alumnos que no podemos traer al autor del libro que han leído porque hace ya mucho tiempo que está muerto. Es lo que tiene leer a los grandes clásicos de la Literatura».

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