El dúo de piano a cuatro manos es una modalidad de la música de cámara. Las posibilidades polifónicas del piano se desarrollan al máximo al actuar simultáneamente sobre el teclado dos instrumentistas, con una disponibilidad potencial de veinte dedos, a lo largo de sus siete octavas y media (ochenta y ocho teclas).
De esta forma el piano a cuatro manos, sin perder la intimidad que le caracteriza, llega a actualizar su vocación orquestal, por lo que no es de extrañar que los compositores clásicos, románticos y modernos, hayan escrito importantes obras para dúo de pianistas en un piano. Este ha sido el caso Reynaldo Hahn, Erik Satie, Claude Debussy y Maurice Ravel, cuyas composiciones brillaron de una manera especial el pasado viernes en el recital que Diego Fernández Magdalena y Eva Gibosos ofrecieron en la bella capilla del Museo Nacional de Escultura de Valladolid. Un recital que, como clausura de las actividades en torno a la exposición dedicada al pintor Joseph María Sert, fue todo un éxito con un lleno absoluto con personas que se quedaron fuera.
Fernández Magdaleno fue el encargado de explicar el origen del programa del recital por la relación de la música con la época de Sert en París y vinculada a Misia, esposa de Sert, como uno de los personajes más fascinantes de su tiempo. El pianista risecano quiso destacar la gran difusión que había tenido el concierto.
El encanto y la grandeza de la música hicieron que Tres piezas en forma de pera convirtiera por unos instantes la capilla funeraria de Alonso de Burgos, obra de 1486 de Juan Guas y Juan de Talavera, en el salón de estar de Misia, donde sonó por primera vez la obra de Satie.
La próxima cita del pianista riosecano será el próximo 17 de enero, cuando su recital de piano en homenaje a Jordi Savall, tras haber estado en París, Brusela o Hamburgo, llegue a Valladolid al Salón de Actos Miguel Delibes (Teatro Calderón) a las 20.00 horas. Sin duda, será un importante evento musical para la capital del Pisuerga.