Fallece el torero riosecano Gúmer Galván a los 92 años

Gúmer Galván fue un puntero novillero riosecano en la década de los cuarenta

J.A. Gallego. Fotos: Cafetería Cubero y Colección de Alberto Pizarro

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Gúmer Galván (dcha.) y Andrés Vázquez en el homenaje de la Asociación Taurina Riosecana.

El mundo del toreo está de luto. El torero riosecano Gumersindo Galván ha fallecido en Madrid a la edad de 92 años. Gúmer Galván, como así se anunció en los carteles, no llegó a tomar la alternativa pero fue un novillero que funcionó muy bien, haciendo el paseíllo hasta en tres ocasiones en Madrid con un gran ambiente.

Nació en  Rioseco un 22 de diciembre 1923 y las crónicas de la época le denominaron como “torero de dominio, mano baja y naturalidad” y que apuntó a “figura cumbre del toreo”. Sus inicios estuvieron muy ligados a la ganadería de Villagodio, en la localidad riosecana, donde comenzó haciendo ‘tapia’. De hecho, el periódico Imperio (facilitado por la historiadora Teresa Casquete) reseña una tienta en casa de los hermanos Villagodio, donde actuaron Juan Belmonte y Pepe Luis Vázquez. La crónica dice que ayudaron “muy eficazmente Gitanillo de Zaragoza, Pepe Somoza, y un chaval de Rioseco que se llama Gumersindo Galbán, que no se asusta de nada y apunta muy bien en el toreo”.

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Gúmer, en el centro, en su debut en Las Ventas.

Fueron varios los festivales que toreó Gúmer en su pueblo natal como aquel del 15 de agosto de 1950, cuyo cartel se conserva en la cafetería Cubero, donde alternó con Pepe Muñoz, Pepín Molero y Paquito García. Gúmer Galván acudió en diciembre de 2011 a un emotivo homenaje que le rindió la Asociación Taurina Riosecana, en la que alternó con el torero de Villalpando, Andrés Vázquez.

Galván recordó cómo fueron sus inicios. “La primera vez que toreé fue a los 7 años una becerra donde el Marqués de Villagodio”. Fue en Valencia de don Juan, donde mató su primer becerro con catorce años. Gúmer fue un novillero que toreó muchas novilladas sin picadores, especialmente en la provincia de Palencia, “que me ayudó mucho”, recordaba el torero.

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Galván toreando en Madrid en 1948.

Su debut con picadores, tras más de medio centenar de novilladas, fue en Las Ventas (donde toreó tres novilladas) alternando con Paquito Muñoz y Pedro Robredo. Aquella presentación en la catedral del toreo no fue la soñada, pero un año más tarde (1948) tuvo una gran actuación. “Pinché en los dos novillos. En el primero me obligaron a dar una vuelta al ruedo y en el segundo hasta dos vueltas”, decía en aquel homenaje, quien también recodó una fuerte cornada en Alicante en el 48.

Vistalegre le abrió las puertas de Madrid con un gran triunfo y entonces se recorrió media España como novillero puntero con actuaciones en Barcelona, Valencia o Alcalá de Henares, entre otras plazas, con toreros tan conocidos como Fernando Domínguez, Litri, Aparicio o su gran amigo Juanito Bienvenida. Su tercera comparecencia en Madrid no fue tampoco halagüeña. “Estaba aburrido, las críticas me desmoralizaron y toreé mi última novillada en la feria de Pentecostés en Palencia”. Así se ponía punto y final a quien pudo ser una gran figura del toreo, quien siempre le quedó la espinita de no torear como novillero en Valladolid.

En Rioseco, que visitaba siempre que podía, mantiene una calle que lleva su nombre, precisamente en el lugar que ocupaba su vivienda (en el camino Castilviejo). El mundo del toreo hoy llora su pérdida. Nosotros, desde estas líneas, le queremos recordar parafraseando su pasodoble toreo, escrito por Marcelo González. “¡Galván! gran torero de Castilla, ¡Galván! tu muleta maravilla. ¡Galván! que el ruedo es escultura, cincelada joya pura, castellana catedral… ¡Galván! seriedad de la llanura, ¡Galván! bronce y seda es tu figura, ¡Galván! en piedra y mármol tallado, que por tu arte depurado eres torero genial”. Descanse en paz torero.

Gumersino Galbán (aunque se anunciaba en los carteles como Gúmer Galván) era cofrade de la Hermandad de la Soledad de Medina de Rioseco. Será enterrado en el Cementerio del Carmen este viernes 26 de agosto a las 13 horas.

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