
Ubicado en la avenida Juan Carlos I, 2, este estanco fue abierto por Alejandro Muñoz, que anteriormente fue el propietario de una empresa de cerámicas. Su hija Julia relata la historia. “Todo comenzó hace cuarenta años. Mi padre tenía una empresa de cerámicas, tejas y ladrillos. Al morir mi hermano, se fue quedando sin obreros y al final decidió cerrarla y solicitar una licencia de estanco”.
La situación actual del negocio es muy similar al del resto del municipio. “Bueno, vamos tirando”, explica su responsable; quien pide al resto del comercio que se abra antes por la mañana para facilitar las compras a los vecinos de los pueblos de la comarca, que han visto como han reducido las líneas de autobuses y tienen más complicado las combinaciones para desplazarse hasta Rioseco.
Por último, una divertida anécdota cierra el paseo por este estanco riosecano, especializado no solo en la venta de tabaco, sino también de otros artículos de regalo: “Hace años una señora vino a comprar sellos de uso corriente, cuando me preguntó cuánto valían yo la dije que cinco duros; entonces ella contestó diciendo que mejor los compraba en su pueblo porque allí costaban 25 pesetas”
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