Una familia de estereotipos, una psicóloga, una alumna de pilates que desconcierta con su carácter seco y cortante y una típica escena de sofá. El resultado: una obra simple, amena, graciosa, actual y entretenida. Un montaje en el que lo místico y lo promiscuo, lo depresivo y lo alegre, lo ingenuo y lo extravagante, lo sencillo y lo estrafalario se mezclan con la jovialidad de la hija y la sobrina de las protagonistas creando una obra en la que el drama, la comedia y la tensión se mezclan con absoluta genialidad.
La historia es sencilla y la sabemos antes de empezar. Julia nos cuenta la historia de su madre y sus tías antes y después de su Erasmus en Bélgica. El montaje de la Escuela de Teatro María Luisa Ponte de Medina de Rioseco narra la difícil convivencia de una familia de hermanas muy peculiares, cada una con su propio y peculiar desequilibrio. Esta convivencia se agrava con los líos sentimentales de cada una de ellas que ven como sus relaciones con los hombres, para bien o para mal, se interfieren en sus vidas.
Paula (Silvia Hernando) es la madre la Julia (Irene Roldán). Desde que su padre les abandonara se quedó un poco tocada y su novio Manolo aunque parecía quererla resultó engañarla con su hermana Daniela (Pilar Bueno). Daniela es un poco ligera de cascos, se acuesta con todo hombre que aparezca en su vida y no puede resistirse ni con los novios de sus hermanas. Y es que Manolo no es el primer cuñado que se lleva a la cama. Adrián, el antiguo novio de Enma (Mariam Corral) también cayó en sus redes. Enma es la más inocente de todas, aunque su lío con un joven de 19 años le lleva más de un disgusto. El joven resultó ser el hijo de la psicóloga (Dulcinea Irimia) y que finalmente se fugó a Ibiza con su hermana Valeria (Nuria Atienza). La vida de Valeria, embarazada de ocho meses, dio un cambio después de conocer a Alejandra (Ana Belén Justo). Y la última en discordia es René (Pilar Blanco), la mayor de las hermanas, pero también la más vividora. Se fugó con un inglés a Nueva York que terminó por estafarla y en su viaje de vuelta se enamoró de un pastor de cabras.
Es una comedia divertida y de corte clásico, una comedia de situación con gags muy españolizados, que la riosecana escuela de teatro presenta a la Muestra Provincial de Teatro. Ahí se aprecia la virtud tanto de Jorge González, autor del guión y director de la escuela, como de las ocho actrices, que hacen que todos los espectadores se rían a carcajada limpia. Sobre todo con las ‘traducciones’ de René. La obra que supone un antes y un después del Erasmus de Julia es simpática, divertida, con una trama muy lineal y una composición sencilla: todo gira en torno a los desengaños amorosos, al sexo, a las relaciones familiares y los problemas que todo esto conlleva.
Las ráfagas de realidad paralela se unen a la apelación directa con el espectador. Julia, rompe la cuarta pared del teatro y se dirige directamente a los espectadores. Los miedos, las angustias, las preocupaciones, los deseos reprimidos son los que definen la mayoría de las familias españolas y las que giran en torno a la mayoría de las relaciones sentimentales. Y es que tal y como dice la obra, Si en mi casa cuecen habas… en la tuya calderadas.