El último y cariñoso adiós a la sonrisa de María Isabel

María Isabel Costilla supo granjearse el cariño de todos los riosecano. El pasado 29 de abril, a los 64 años, fallecía y era enterrada en su localidad natal

Carmen Costilla

El 29 de abril de 2014 fallecía la riosecana María Isabel Costilla Rodríguez a los 64 años. Hija de Cándido Costilla Chico y Aurora Rodríguez Sánchez era la sexta de un total de siete hermanos. Afectada por síndrome de down era muy conocida y querida en Medina de Rioseco. Los que la conocieron nunca olvidarán su sonrisa, su afición a los llaveros y su ferviente pasión por el fútbol, en especial por el equipo de sus amores, el Real Madrid. Durante su funeral, Carmen Costilla, hermana de la fallecida leía un emotivo texto que reproducimos a continuación en este pequeño recuerdo de La Voz a María Isabel.

Te queremos, María Isabel. Porque eres tan distinta a los demás que se nos hace un vacío nunca lleno cuando te has ido. Te queremos Marisabel, porque has llenado de alegría a toda la familia. Eres nuestra muñeca de goma, Marisabelona. Eres la hija que nos dejaron nuestros padres a todos los hermanos. Eres nuestro tesoro. Gracias por haber podido tenerte como hermana. Gracias por tu inmensa gracia, por los cantares y bailes con los que tú cerrabas todas las reuniones familiares.

Nuestros padres, Cándido y Aurora -junto a tío Ángel y Paca-, han salido ayer a las 7 de la mañana a tu encuentro cuando llegabas al cielo y, desde ayer, están allí en fiesta contigo. ¡Qué fuertes abrazos os estaréis dando en la eternidad!

Fuiste ‘los pies y las manos’ de nuestra madre Aurora en los años de su enfermedad reumática. Una excelente razón por la que Dios nos hizo este gran regalo contigo. Así lo explicaba siempre nuestra querida mamá.

Porque contigo, como saben hacer las grandes personas, siempre se ha multiplicado la alegría que repartiste a todos. Sólo el amor y la alegría son valores que al repartirlos crecen. Y crecen, y crecen más, cuanto más se reparten. Tú esto lo entendías mejor que nadie.

Contigo siempre crecía el amor, repartido por doquier con tu excelente humor e ingeniosa chispa. Eres una niña muy querida en Medina de Rioseco, lo sabemos todos.

Cuando ibas por estos soportales con tu inigualable gracejo, siempre tenías la palabra justa para interesarte y dar cariño a los que tú sabías que pasaban por algún trance difícil, fuera de la índole que fuera.

Tú has pasado la bandeja en esta Santa María muchas veces, arrancando la sonrisa de los que allí rezaban. Lo hacías junto a tu amigo Vitines, hijo de nuestra querida Faustina, que también descansan en Paz.

Tus últimos diez años de vida, ya fueron algo distinto, nuestra preciosa niña. Porque ya no podías caminar, y después ya no podías hablar. Con ello, nos enseñaste que cuidar de la vida, es algo grande que siempre debemos saber hacer los vivos.

Te queremos, María Isabel. Y en palabras de nuestra madre Aurora, cuando fallecía, yo te repito ahora: “Nos dices hasta luego, que no adiós. Espéranos en la eternidad y enséñanos a hacer todo el bien que podamos. Porque esta vida es un paso, vista cuando la muerte se acerca.”

Que Dios te siga bendiciendo y la Santísima Virgen te guarde bajo su manto eternamente. María Isabel, la niña más simpática de Medina de Rioseco donde se te quiere mucho. Hasta siempre, querida hermana, quedas en el corazón de todos nosotros.

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