Nunca llueve a gusto de todos. Este popular dicho refleja a la perfección lo que han sido los meses de verano en la ciudad de los Almirantes desde el punto de vista del sector hotelero. La temporada estival, sobre todo el mes de agosto, ha dejado un exquisito sabor de boca a los responsables de los hoteles y casas rurales riosecanas, pero sin embargo, por otro lado, ha embriagado con un gusto más bien amargo a los hostales, que por lo general, suelen acoger a viajeros y trabajadores que se encuentran de paso por la localidad y que, ante la situación actual, han reducido el número de pernoctaciones.
A pesar de que los comerciantes se temían un notable descenso en la clientela debido a las malas previsiones temporales, el mes de agosto ha conseguido salvar el verano 2013 en Medina de Rioseco. Los hoteleros están satisfechos con el balance de ocupaciones del verano. “No nos podemos quejar”, confiesa Isabel Fernández, del Hotel Los Almirantes. Quien también asegura que han notado cierta mejoría con respecto a la temporada anterior. “Llevamos tres años y cada año hemos ido a más. El mejor mes ha sido sin duda el mes de agosto y sobre todo días entre semana más que fines de semana”, afirma. Por el prestigioso hotel de cinco estrellas ha pasado gente de todo tipo, pero si hay un perfil que define su clientela habitual son “las parejas de en torno a unos treinta y cinco y cuarenta y cinco años”, cuenta Fernández.
La misma sensación de satisfacción reina en el Hotel Vittoria Colonna. Andrés Guijarro, su gerente, asegura estar muy contento con los resultados. “El balance del verano es muy bueno, hemos tenido una media de un 70% de ocupación e incluso ha habido cinco fines de semana que hemos tenido el hotel totalmente completo”, cuenta. Incluso esta primera semana de septiembre el hotel ha colgado el cartel de completo. «Hemos tenido que repartir 25 habitaciones entre el Duque de Osuna, el Castilla y el albergue de Santa Clara porque lo teníamos lleno y nos seguían llegando más reservas». Datos esperanzadores para cualquier empresario, pero más aún para Andrés, puesto que se trata del primer verano que está al frente del Hotel riosecano. La Feria del Caballo y el Mercado Medieval han sido uno de los platos fuertes del verano, pero para el Vittoria Colonna «si hay un mes que ha destacado ha sido el mes de julio».
Pero no solo en un hotel se puede pasar la noche en esta vieja tierra de Almirantes. El abanico de alojamientos es muy amplio y cubre todas los gustos y preferencias. Los centros de turismo rural son cada vez la opción más demandada, por sus adaptados precios, por grupos de amigos y familias. Desde Casa Rústica Rioseco aseguran que a pesar de no haber tenido a nadie en el mes de julio, el mes de agosto lo han tenido completo. “Durante todo el mes se han alojado unos franceses que tienen ascendencia riosecana y además recibí unas cuantas llamadas más para reservar, pero ya le tenía ocupado”, cuenta la propietaria, Mercedes Herrero. Por su parte el Centro de Turismo Rural India Chica asegura haber hecho un balance de esta temporada muy similar al de años anteriores con más o menos “una media de un 70% de ocupación”. Lo que sí han observado desde este centro es que “la gente ha venido más de lunes a viernes que en fin de semana”, explicaba María García.
En la otra cara de la moneda se encuentran los dueños de los hostales riosecanos, que están bastante desanimados puesto que el descenso del número de turistas se ha hecho palpable en sus establecimientos y han cerrado esta temporada con un balance muy poco positivo. Desde el Hostal Duque de Osuna aseguran que los efectos de la crisis se siguen notando. “Ha sido un año más flojo, ya no para tanta gente”, cuentan. No obstante, en las últimas semanas del mes de agosto, con los últimos coletazos del verano han tenido un poco más de movimiento gracias a los alumnos del Curso de Órgano Barroco Español que acogió la ciudad y al Mercado Medieval “que siempre marca un poco la diferencia del verano”, señalan. El ánimo no es mejor en el Hostal La Muralla. “Ha sido un verano malo”, confiesan. Y es que tal y como apuntan desde el hostal no habrán pasado por sus habitaciones más de unos veinte trabajadores y algún que otro viajero.