Buscaban “remover la vida de la Parroquia” y al menos han conseguido que en todas sus celebraciones contarán con numerosos feligreses de todas las edades. Así ha sido la Semana de la Evangelización Extraordinaria clausurada el pasado domingo y que la noche del viernes contó con un acontecimiento único: El rosario de las antorchas con la procesión de la Virgen y el Cristo de Castilviejo por las calles de Rioseco.
Tras una celebración comunitaria del perdón, al filo de las diez de la noche, el corro de Santa María se iluminaba con la luz de decenas de antorchas y velas para alumbrar la salida de la patrona riosecana, la Virgen de Castilviejo, que estuvo acompañada del Cristo que también preside la ermita.
El desfile discurrió por la calle Mayor y fue haciendo paradas en Santa Cruz y Santiago. Cada parada coincidió con un misterio del Rosario e, incluso, hubo alguna representación teatral como la transfiguración de Cristo en el templo de Santiago. Todo ello con la participación de muchos fieles y componentes de diversos colectivos como niños de catequesis, cáritas, colegios, adoración nocturna, cofradías…
Aunque este Rosario de las antorchas fue el acontecimiento más llamativo, no fue el único de un intenso fin de semana que ponía fin a las jornadas de Evangelización, que han contado con dos sacerdotes paúles, una hija de la Caridad, miembros de Juventudes Marianas Vicencianas, y misioneros seglares . De esta forma, el pasado sábado, el corro de Santa María se convirtió en una gran fiesta infantil en la que participaron niños y jóvenes de la parroquia, mientras que también se celebró el sacramento de la Unción para enfermos y ancianos.