Desde el cuerpo técnico estamos especialmente contento con el rendimiento del equipo esta semana. Tras el parón de Semana Santa y lo que conlleva en nuestra localidad, teníamos que cambiar el chip y tanto en los entrenamientos como en el partido los jugadores han dado síntomas de una gran madurez y por supuesto de un gran compromiso, pues es mucho lo que había en juego.
El rival tampoco ayudaba a tomarse con las cosas con calma pues es uno de los equipos mejor trabajados de la competición, implicaba que nosotros estuviéramos al 100%. No nos olvidemos que de ganarnos el Peñaranda se habría situado empatado a puntos en la tercera posición de la clasificación.
Los jugadores entendían la situación y realizaron uno de los partidos más serios de la temporada.
Cuajaron un partido muy completo, no quizás el más vistoso para el espectador pero sí el más práctico, y estamos aún más orgullosos si cabe pues los jugadores cumplieron al máximo con lo que en el vestuario se preparó.
Dejando al margen lo estrictamente deportivo, pienso que socios y aficionados deben conocer las especiales circunstancias que rodearon al choque. Muchos jugadores jugaron con alguna molestia, incluso alguno tras haber recibido el alta médica el viernes y tan solo con un entrenamiento, pero siguen demostrando la implicación con el equipo y siempre con la vocación de jugar para ayudar a pesar de no estar bien físicamente.
Otra buena noticia fue el debut de Girón que tras varias semanas entrenando con el equipo ha decidido aportar su valía y toda su experiencia demostrando una vez más que sigue estando cuando el club le pide colaboración.
Del partido destaco la actuación de Darío, que con la incorporación de Girón al centro de la defensa pasó a jugar en el centro del campo junto a Jorge cuajando un partido soberbio, siendo además protagonista en los dos goles, en el primero al ser objeto del penalti y al materializar el segundo que nos dio la tranquilidad.
Pero no puedo pasar por alto la actitud de todos, porque fue magnífica. La línea defensiva impecable, y los medios y los delanteros con un trabajo incansable hasta el final. Y ahí al final, fue cuando tuvo que aparecer Farolo. Como ya hiciera con este mismo conjunto en la primera vuelta lo hizo, para maravillar al público con dos paradas soberbias una por alto y otra por bajo. Un gran guardameta que ayer demostró su valía cuando el equipo lo necesitó, y esa experiencia en un portero tan joven no es fácil de encontrar.
Por fin una jornada redonda para el C.D. Rioseco. Gran victoria ante el Peñaranda, uno de los rivales importantes de la categoría, y la posibilidad de acercarse a la salvación tras los empates de los equipos inmersos en la lucha.
El Rioseco hizo un partido muy serio. Un claro penalti, que ni el equipo contrario protestó, le puso las cosas de cara. Una triangulación por el centro propició la llegada al área de Darío que era derribado de forma clara por un defensa. Penalti que el colegiado Domingo Alonso no dudó en señalar y que Paco trasformó engañando a Cristian.
Al igual que de salida, tras el tanto, el Rioseco apretó a los charros con la intención de aprovechar los minutos de incertidumbre, disponiendo de tres ocasiones inmejorables para haber matado el partido. Destacar las de Mario y Cameron que mano a mano contra el portero no las supieron materializar.
Tras esos primeros minutos el Peñaranda comenzó a hacerse con el control del juego, con el consentimiento del Rioseco que se encontraba muy bien plantado y sin pasar ningún apuro en su portería. El orden táctico permitía a los locales salir en rápidas y peligrosas contras.
Con esa tónica transcurrieron los primeros cuarenta y cinco minutos. En la reanudación el Peñaranda cambió su sistema, con un clara intención ofensiva, metiendo más jugadores en ataque. El dominio charro era aún más evidente en la segunda mitad, pero tal y como ocurriese en la primera no se materializaba en ocasiones, de ahí que el equipo blanquinegro siguiera centrado en no perder el orden y quizás conseguir en una contra ampliar el marcador.
La incertidumbre se mantuvo hasta el minuto 80 en el que Darío, jugador más destacado, remachó a la red un balón que había quedado muerto en el área visitante tras un rápido contragolpe y la sucesión de varias ocasiones.
Los últimos minutos el Peñaranda agudizó aún más el juego directo que una y otra vez moría en la sólida defensa riosecana que no cometió ningún error durante todo el encuentro. Solo en los instantes finales tuvo que aparecer Farolo, y lo hizo como los grandes guardametas, cuando el equipo verdaderamente lo necesita evitando un gol cantado haciendo una estirada a un tiro lejano que se colaba por la escuadra. También en la última jugada del encuentro tuvo que intervenir el joven portero para de nuevo desbaratar una clara ocasión de gol salmantina, fruto de haberse volcado totalmente hacia la portería riosecana.
En definitiva tres puntos importantes para seguir luchando por eludir el descenso directo. Una victoria afianzada además con un juego muy serio de los locales y la agradable circunstancia de haber podido recortar dos puntos a los tres equipos que le preceden en la tabla. Ahora la salvación se encuentra a cuatro puntos, posición que actualmente ocupa el Universitario y no muy lejos, tan solo tres puntos más por encima, el Navega y la Medinense cuando aún quedan por disputarse seis encuentros.
El domingo una nueva prueba de fuego para los riosecanos que visitarán a las 13:30 horas al Simancas, con la clara intención de continuar con la racha positiva de resultados obtenidos las últimas semanas.
C.D. Rioseco: Farolo, Valdi, Sánchez, Girón, Darío, Jorge, Maicro, Tazi, Paco, Mario Molina (Chapa min. 83) y Cameron (Gato min. 72). Completaron la convocatoria Candi y Rafa.
C.D. Peñaranda de Bracamonte: Cristian, Juanje (Mateos min. 76), Carlos Rubio, Gustavo (Luis min. 76), Zori, Antonio, José Carlos, Justi, Rodri, Toñito y Dela (Marcial min. 46). Completaron la convocatoria Guillermo y Salva.