El río Sequillo deja de ser tan seco gracias a las últimas lluvias

Las precipitaciones de los últimos días han provocado que el aumente considerable el caudal del río, aunque no se espere que llegue al nivel del 2 de enero

Miguel G. Marbán

El Sequillo ha crecido por las últimas lluvias.

Las intensas lluvias caídas en los últimos días han provocado que comience a crecer el cauce del río Sequillo a su paso por Medina de Rioseco. En los próximos días, el nivel podría subir algo más por el aporte de agua  que pudiera llegar al río de los distintos cuaces y arroyos que desembocan en el Sequillo. No obstante, para que llegue al nivel de principios de este año, dependerá de que siga lloviendo con intesidad, y, sobre todo, del desembalse que se pudiera llevar a cabo en pantanos como el de Compuerto y Camporredondo.

En especial, la subida de las aguas del Sequillo se aprecia en cada uno de los cuatro puentes de Rioseco y en la estación para el control del cauce de agua que Confederación Hidrográfica del Duero construyó en 2006 poco antes del conocido como puente del Cementerio. Sin embargo, las crecidas se verán minimizadas por la profunda limpieza de árboles, troncos y ramas caídas que, en 2008, llevó a cabo Confederación en las riberas  con el objetivo de evitar retenciones de agua cuando se produzcan las crecidas de agua en el nivel del río.

Hasta ahora se estima en más de 50 litros por metros cuadrado la cantidad de agua que ha caído, lo que ha venido “muy bien para el campo, ya que ha permitido que naciera todo lo que estaba sembrado”, según expresó el presidente de la Junta Agropecuaria Local, Víctor Pedro Frontela, quien aseguró que “siempre que llueve es bueno y además crea bodega”.

Frontela también indicó que el agua caída permitirá, además, que se lleven a cabo las labores que faltaban de hacer, como preparar las tierras para el regadío, “aunque haya que esperar unos días para poder entrar en la labranza”. El presidente de la JAL recordó que ya los antiguos decían que las labores “había que hacerlas en Adviento, y ahora es el tiempo en el que estamos”.

Generalmente el río Sequillo es de escaso caudal y de cauce poco profundo, pero muy temible en sus desbordamientos por los terribles estragos que causan. En 1793 destruyó completamente 70 casas de las 73 que formaban el pueblo de Villafrades, y en 1835 arrebato en el término de Herrín de Campos ganado lanar, mieses y granos limpios, aperos y otros enseres, habiéndose podido salvar muchos trabajadores por medio de las hacinas de mies, que les sirvieron de balsas.

A su paso por la estación de control de CHD.
2 de enero de 2010: la última gran crecida.

El río Sequillo, que en la documentación medieval se le conoce como Rivulo Sicco, Rivo Sico y Torrente Sicca, mereció tal nombre debido a su escaso caudal. En su trayectoria entra en contacto con cuatro provincias castellano-leonesas: León, Palencia, Valladolid y Zamora, donde desagua en el Valderaduey entre Cañizo y Castronuevo, después de haber hecho un recorrido total de 115 Km. Este río es uno de los más característicos de la Tierra de Campos, por cuyo centro corre, y ha merecido por su escaso caudal el nombre de río Seco en otros tiempos y, actualmente, el que tiene. A pesar de su nombre, es el único río de la comarca que no se seca en verano, gracias a los aportes continuos del Ramal de Campos del Canal de Castilla. Para evitar en lo posible los desastres que originaban sus enormes crecidas, se ha procurado regularizar y uniformizar su cauce.

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