El Pasos fue el típico mesón que bajo el emblema de El blasón del buen yantar deleitaba los paladares más exquisitos con variadas y tradicionales viandas y también sumergía a los comensales en el ambiente más medieval, gracias a su cuidada decoración. Fue un restaurante sin trucos, pero con magia; el punto de encuentro de familias, grupos de amigos, quintos, peñistas, cofradías… y la cita obligada para los turistas que visitaban Medina de Rioseco.
Así, el pasado mes de abril, decidió afrontar el mando y reabrir las puertas del Pasos, dispuesto a recuperar la magia, la esencia y el espíritu iniciales. “Mi ilusión es que vuelva a ser lo que siempre ha sido”, dice José. Pero Herrero no se embarcó solo en esta nueva aventura, que inició hace unos meses, sino que además del apoyo de sus familiares y amigos, contó -y cuenta- con la cocina de, tal y como él le define, “uno de los mejores cocineros”, Jesús Molina, actual jefe de cocina. “Nunca había estado en Rioseco y solo conocía el local de oídas, pero la ilusión de José me hizo ver que su proyecto de volver a lo que era no iba a fallar y a los dos días, me vine”, rememora el chef.
A día de hoy, el Pasos ha recuperado su verdadera cara. Sin embargo, el proceso, pese a que ha sido rápido, no ha sido fácil. Para ello, Herrero y Molina han tenido que trabajar mucho, han tenido que ir amontonando a sus espaldas todas las piedras que se han ido encontrando y volver a reconstruir, con muchas dosis de optimismo e ilusión, lo que es, ha sido y debe ser el Restaurante Pasos en Medina de Rioseco.
De esta manera, sus credenciales no son otras que las que definían al mesón en el año 92: “Buen servicio, buena cocina, buenos precios y buen trato”, asegura el director. Por su parte, Molina asegura que “la línea de mi cocina es la de la castellana tradicional: natural y sencilla. Estamos trabajando los menús, adaptados a las circunstancias actuales, una carta variada y en el vermú damos como tapa el plato fuerte del menú de ese día. Y, de momento, la gente sale encantada”, detalla. Y es que la respuesta de riosecanos y foráneos a la vuelta de José está siendo “rápida y buena”. “Nosotros queríamos volver a afianzar a esa clientela que se había perdido por el camino y en el tiempo que llevamos vamos para adelante: el cliente vuelve”, afirman.
Asimismo, José Herrero y Jesús Molina gestionan también la dirección y los fogones del restaurante Enlace, que con una línea similar a la del Pasos, pretende dar cobijo a grandes eventos como comuniones, grandes grupos, bodas… “Ya tenemos un buen proyecto para el año que viene. Desde que abrimos, el pasado mes de abril, hemos tenido ya muchas comuniones, la comida de San Isidro y la cena de los quintos del 75”, enumera Molina. En otro orden de cosas, José afirma que participarán en las diferentes campañas y actividades gastronómicas promovidas por la Aempryc en colaboración con diferentes restaurantes y asociaciones de la localidad. “Estamos totalmente dispuestos a contribuir. De hecho, hace ya algunos años, fuimos los primeros que hicimos jornadas del lechazo, del cerdo, del pichón…”, recuerda.
En definitiva, todo este intenso trabajo y los inesperados e inoportunos problemas, poco a poco, van obteniendo la merecida recompensa, que no es otra que la positiva respuesta de riosecanos y foráneos. “Hemos tropezado con muchas cosas, pero vamos a salir adelante sí o sí”, asegura José con una optimista sonrisa, a la vez que anima a todo el mundo a pasarse por el restaurante puesto que, tal y como asegura, “van a salir muy satisfechos”. Así, el Restaurante Pasos, con José Herrero al mando, continúa escribiendo su historia.