Por el necesario servicio que prestan, una parte importante de la vida de un pueblo reside en la existencia de tiendas. Por eso, hay que aplaudir a iniciativas como la de Miguel Ángel Guerra al asumir, desde principios del mes de abril, la nueva dirección de la pescadería que, con el nombre de su hijo, Miguel, abre sus puertas en el corazón de nuestro gran centro comercial, la calle Mayor.
Merluza, bertorella, bacalao, dorada, lubina, rodaballo, gallo grande, calamar, sepia, sardina, anchoa o salmón son sólo algunos de los pescados frescos y de gran calidad que Pescadería Miguel ofrece a unos precios muy competitivos, “ajustados a la crisis”, con una especial atención personalizada como marca de la casa.
Junto a Miguel, Elena Díez también atiende a los clientes en un horario de 9 a 14.30 horas, de martes a sábado. Junto al pescado fresco, el céntrico establecimiento ofrece una gran variedad de congelados como todo tipo de de filetes de pescadilla y bacalao, además de precocinados, verduras, cola de rape, langostino cocido y crudo y gamba.
Para los sabrosos mariscos frescos como los bogavantes, las nécoras o los centollos, Pescadería Miguel posee un acuario en el que los crustáceas esperan a que los clientes se los lleven vivitos y coleantes.
Otros productos que se ofrecen en la pescadería son distintos tipos de conserva. La idea de este riosecano de adopción es crear, en fechas próximas, una zona gourmet con productos como conservas de bonito, aceite o atún. En fin “todo para mejorar la atención al cliente”. Enhorabuena y suerte.