La riosecana iglesia de San Pedro Mártir recuperará el culto después de estar seis años cerrada tras la marcha de los Misioneros Claretianos, que celebraron su última misa el 30 de agosto de 2007. El próximo 4 de octubre, festividad de San Francisco de Asís, el arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez, oficiará a las 19.30 horas un solemne pontifical que devolverá el culto al antiguo templo de los dominicos con motivo de la finalización de las obras de restauración, que, en su segunda, han sido promovidas por la Asociación para la Restauración y Conservación de Templos (Protemplos).
Las obras, que comenzaron hace cerca de un año, se han centrado en el interior, con instalación de nueva calefacción por aire, renovación de redes eléctricas y restauración del retablo mayor y uno lateral, que acogerá el sagrario. Además la antigua sacristía se ha reformado para acoger un servicio y la sala de calderas y se ha intervenido en el trasaltar con la creación de un pequeño cuarto y la renovación de parte de la escalera que asciende al retablo.
En el presbiterio, cuyo piso ha pasado a ser de mármol, se ha colocado una mesa de altar procedente de la iglesia de Santa Cruz, que se ha restaurado y que acogerá un nuevo ara en el que se depositarán parte de las reliquias del que fuera patrón riosecano, San Ponciano, que existen en el Museo de San Francisco. El ara será consagrada por el arzobispo de Valladolid. Junto a la mesa se ha colocado de forma exenta el crucificado que antes estaba en la parte inferior del retablo y que también ha sido restaurado. Además en el lado de la Epístola del crucero se ha montado el órgano de la ermita de Castilviejo, totalmente rehabilitado hace años por el taller de Ana Caramanzana y Berchtold Soergel, y que sin duda vendrá a dar solemnidad a las celebraciones religiosas, además de dar la posibilidad de la celebración de conciertos.
Tras muchos años de estar cerrada, las obras han recuperado la puerta principal de la iglesia, que dará paso al interior, además de la lateral. A los pies de la iglesia se ha habilitado un espacio bajo el coro que será la nueva sacristía.
El presidente de la Asociación Protemplos, Antonio Santamaría, destacó que la iniciativa tenía por una lado el fin de «rescatar del olvido una iglesia del siglo XVI de gran valor dentro del patrimonio riosecano», y por otro «el acondicionar el templo para que pueda compartir el culto con los de Santa María y Santiago, en especial para usarla en los meses de más frío». Santamaría hizo un agradecimiento especial para la colaboración desinteresada del arquitecto Raúl Villamor.
El conjunto de todas las intenciones ha tenido un coste de 225.000 euros, que será financiado en parte con un adelanto de 120.000 euros que ha realizado el Arzobispado vallisoletano, siendo el resto costeado por una aportación de La Caixa y la propia Asociación Protemplos a través de donaciones y colectas. Sin embargo Santamaría expresó que todavía hay muchos de los pagos sin cubrir y animó a todas las personas que quieran colaborar haciendo un donativo en la parroquia o en la cuenta corriente que Protemplos tiene en La Caixa, Cajamar y Caja España-Caja Duero.