
Se trata de un proyecto piloto que se enmarca en el Programa para la mejora de la eficiencia energética e implantación de energías renovables en edificios públicos. Con esta medida, que conlleva una inversión cercana a 560.000 euros, se pretende una reducción de emisiones de 600 toneladas de CO2.
El Programa de sustitución de calderas de gasóleo por biomasa forestal plantea importantes ventajas para la protección de nuestro medio ambiente. Se contempla un ahorro entorno al 20-30% en los costes actuales de combustible, mejora la calidad del medio ambiente y sirve de ejemplo para el desarrollo del sector de la biomasa con fines térmicos en Castilla y León. Asimismo, impulsa la actividad, la creación de empleo y la mejora de nuestras masas forestales.
Las calderas utilizarán como combustible pellets o microastillas que se producirán en la propia Comunidad, en las plantas existentes y en las que se están construyendo actualmente. La capacidad de producción actual aumentará notablemente en los próximos años.
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