
El jueves por la noche , después de cenar, celebraron una Eucaristía, a la cual tuvimos la suerte de ser invitados algunas personas que nos encontrábamos en ese momento en el Hotel Vittoria Colonna, donde están hospedados y donde se trasformo rápidamente un comedor en un improvisado altar, para celebrar una misa oficiada por cuatro sacerdotes, donde más de un centenar de personas en su mayoría jóvenes participaron con mucha ilusión, con mucha esperanza y sobre todo sintiendo a Dios como su primera necesidad.
Yo, que tuve la suerte de estar presente, me sentí, una privilegiada de poder estar con ellos, de su gran acogida, y cuando salí de allí, estaba con una sensación de tanta Fe que había visto en esos jóvenes, que me fui feliz y sintiendo una bocanada de aire fresco en nuestra Religión.
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