De vez en cuando el río Sequillo se cabrea y su pobre caudal enfurece por la avenida de aguas y por las constantes lluvias. Ya ocurrió en el mes de enero, cuando a su paso por Rioseco alcanzó la punta de 31 metros cúbicos por segundo (siete veces su caudal) y aumentó en dos metros el nivel habitual.
Pues bien, los últimos días en este lluvioso abril, la situación sin ser de alarma, también ha sido poco habitual. Las aguas han alcanzado los 25 metros cúbicos por segundo y la crecida ha llegado en Rioseco a aumentar en dos metros su nivel.
En las últimas horas la lámina de agua ha bajado más de un metro y el caudal se ha reducido cuatro veces. A pesar de que el peligro no ha sido inminente ha dejado algunas imágenes curiosas como las que ilustra este texto y también mucha suciedad, una constante habitual en este río, ante la dejadez de Confederación Hidrográfica del Duero.