Cruz de altar de Toribio Sanz Velasco


Cruz de altar
Toribio Sanz Velasco
Plata en su color con aplicaciones sen bronce
Procede de la iglesia de Santa María

Esta bella cruz de altar, que procede de la iglesia de Santa María y hace juego con seis candelabros, presenta pie triangular con patas de gruesas volutas y cuerpo apiramidado en el que se distinguen en sus tres frentes símbolos marinos (ciprés, azucena y anagrama) en escudos almendrados de bronce dorado. El nudo en forma de jarrón, con perfil de curvas asimétricas y aplicaciones de bronce. Los brazos de la cruz de superficie convexa rayada, bordeados de estrías, rematan en hojas, en forma de cogollo, con pivotes. Al frente, el Cristo, con pequeña aureola de rayos en la intersección de los brazos de la cruz. Al reverso, gran aureola que sobresale en los ángulos.

Presenta las marcas del autor, T. /SANZ, la de la ciudad de Salamanca y la del <> de ésta, SILVA, sin su nombre, Enrique, coronada por la cifra 91, en el borde de cada uno de los lados de la base. Por hallarse en Medina de Rioseco el frontal de Juan Sanz (nº 84) y el juego de cruz y candelabros (nº 89), cuya marca, ERNZ, se ha identificado a veces con la de este artista, se le ha atribuido también esta cruz y los candelabros, con los que hace juego (nº 91), y sólo se la menciona en el documento que los describe.

El crucifijo es el elemento principal del altar. Se coloca en el altar para recordar al celebrante y a los feligreses que la víctima que se ofrece en el altar es la misma que fue ofrecida en la Cruz. Por esta razón el crucifijo se debe colocar en el altar siempre que se celebra la misa (Constit., Accepimus de Benedicto XIV, 16 de julio de 1746). Los cánones del Misal Romano establecen que debe ser colocado al centro del altar entre las velas, y ser lo bastante grande como para ser vista por el celebrante y los feligreses (Cong. Sac. Rit., 17 de septiembre de 1822).

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