En cualquier actividad de la vida existe un secreto deseo de superación. También en el deporte, quizás de manera especial en la durísima carrera del maratón. Realizar 42.185 kilómetros supone un auténtico reto para los amantes de correr, que sólo se puede hacer realidad con una preparación física y mental muy especial. Quizás por esta razón en el 32 Maratón Divina Pastora de Valencia, celebrado el pasado domingo, en la camiseta que la organización regalaba a los participantes se podía leer la acertada frase de Correr es de valientes, y en el dorsal se podía leer Valiente nº junto al nombre de cada atleta.

Historias que nos hablan de superación, pero también de compañerismo. Como la de Javier Ortega que viajó a Valencia para acompañar, animar y alentar a su hermano Fernando, a Luciano y a Juan Luis, también para, tras la prueba, traer el coche permitiendo el necesario descanso de los tres atletas, quienes decidieron dedicar su maratón al recuerdo de Ramón Alberca en presencia de su madre Ángeles Oliver, quien se emocionó ante el bello gesto hacia su hijo, quien perdió la vida en accidente de moto hace casi dos años.
Compañerismo también el de Juan Carlos López, a quien una lesión le impidió, cuando ya tenía hecha la inscripción, sumar con el de Valencia un maratón más a los realizados en Vitoria, Madrid, Barcelona, Sevilla, Berlín, Lisboa y Toral de los Vados, sin olvidar el Ultramaratón de 101 kilómetros de Ponferrada. Sin embargo viajó hasta la ciudad del Turia para colocarse el dorsal de valiente, acompañar a su amigo Javier Úbeda y correr con él los últimos doce kilómetros, esos en los que las piernas se revelan contra el descomunal esfuerzo.
Quizás estas historias de superación y compañerismo dejan en un segundo plano el aspecto más deportivo, en el que desatacó que el keniano Luka Kanda (2.08:14) y la etíope Birhane Dibaba Adegna (2.29:22) cruzaron en primer lugar la espectacular plataforma situada sobre el agua de la Ciudad de las Artes y las Ciencias por delante de los 7.781 corredores que finalizaron una prueba en la que más de 9.200 tomaron la salida. El primer español fue el exobstaculista catalán Marco Antonio Cepeda (9º con 2.25:08). Por otro lado la carrera dejó datos estadísticos que confirmaron la bondad del circuito valenciano, como el hecho de que hubiesen bajado más de 450 atletas de 3 horas o como el dato de que 11 mujeres hayan descendido en meta de 2.42, hecho inédito en España. Además el esfuerzo de los 7.781 participantes se tradujo en 7.781 euros que la Fundación Trinidad Alfonso, colaborador principal de la prueba, donó a la Casa Caridad Valencia.
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