El ropero de Cáritas Parroquial está bajo mínimos. La organización solidaria de Medina de Rioseco ha lanzado un mensaje de ayuda a todos los riosecanos y habitantes de la comarca. “Se necesita ropa, especialmente ropa de niño y de joven; es imprescindible”. Habla Hilidio Cano, responsable de Cáritas, quien dice que están viviendo el “peor momento de los últimos 30 años”.
No se explican el bajón en las donaciones y tampoco lo achacan a la crisis. “Ha sido de cinco o seis meses para acá; los otros años de crisis teníamos suficiente ropa y las donaciones no bajaron”. Cano cree que se pudiera estar entregando directamente a las familias más necesitadas, especialmente a extranjeros en las diversas poblaciones.
No obstante, reiteran en la necesidad de que aumenten las donaciones. “Recogemos todo tipo de ropa, siempre que esté en buen estado. No nos importa que esté pasada de moda, pero no rota o sucia”. Asimismo, Hilidio Cano relata que cuando algunas prendas no consiguen “colocarse” entre las familias demandantes, el sobrante se envía a SOS África que la distribuye en el continente negro.
El ropero de Cáritas, ubicado en el centro parroquial en la calle Cardenal Amigo, está abierto los miércoles de 11 a 13 horas. Pero también se puede depositar en la puerta del inmueble, tras la reja, o directamente ponerse en contacto con algunos de los miembros de la organización. Hlidio Cano informa que las responsables del ropero son Tita Rueda y Antonia Manrique y que desde hace más de tres décadas media docena de voluntarios colaboran en esta labor tan altruista como necesaria.
Alimentos para los más pequeños, también muy necesarios
Las estanterías y los percheros del almacén aparecen semivacíos. No obstante, Hilidio muestra cómo la ropa con la que cuentan está perfectamente clasificada, doblada y en buen estado. Una planta más abajo, en un fresco sótano, los estantes se destinan a productos alimenticios. En su gran mayoría pasta, legumbre y aceite. “También nos hacen falta alimentos destinados a los más pequeños”, explica el responsable de Cáritas; “especialmente, leche y galletas”. La organización solidaria atiende habitualmente a 88 familias de toda la zona norte, sobre las que se lleva un control exhaustivo. En 2013 se recogieron más de cinco toneladas de alimentos en sucesivas campañas y actos solidarios. Aunque ya se sabe que toda ayuda es poca.