Mientras los riosecanos se encuentren disfrutando de la jornada del sábado, abandonados al descanso o cumpliendo rutinariamente con sus quehaceres cotidianos, Luis Ángel Fernández y Julio Alberto Benavides se estarán metiendo una paliza de órdago. Y es que los dos deportistas riosecanos participarán, como el pasado año, en una nueva edición del Ironcat que se celebra en la localidad tarraconense de L’Ampolla. Para aquellos que no estén muy puestos en triatlones se trata de una modalidad deportiva –dicen que la más dura del mundo- consistente en completar 3,8 kilómetros a nado, 180 en bicicleta y, por si todo esto fuera poco, una maratón (42 Km. de carrera a pie). Toda una hazaña para la que los dos riosecanos llevan entrenando muy duro en los últimos meses.
Para Luis Ángel Fernández este será su tercer Ironcat consecutivo y su quinto triatlón de larga distancia. Acostumbrado a pruebas de este calibre, el riosecano se ha marcado el objetivo de “finalizar la prueba e intentar acercarme a un crono de 11 horas”. Julio Alberto Benavides, por su parte, cuando cruzó el pasado año la meta de esta misma prueba se juró que sería la primera y la última. “Pero este año he seguido entrenando, me encuentro bien y quiero volver a repetir”, dice el joven deportista, quien en los últimos tres meses se ha marcado una férrea rutina de entrenamiento.
Ambos llegan en su mejor momento. A Luis Ángel las lesiones le han respetado este año “y aunque la climatología no ha acompañado en los últimos días para entrenar, llego muy ilusionado y fuerte a la prueba”, relata este técnico de mantenimiento de 33 años. Benavides, maestro de Educación Física (31 años) espera que el viento no moleste demasiado, especialmente en la bicicleta, mientras que Luis Ángel cree que la clave es el sector de ciclismo. “Si cuando dejas la bici no estás bien, la maratón se te puede hacer muy, pero que muy, larga y sufrida”, algo que corrobora su compañero de prueba, quien se ha propuesto tres objetivos por este orden: “Disfrutar de la carrera, llegar a meta y si puedo bajar las once horas y media que tardé el pasado año”.
Casi medio día sin parar supone un esfuerzo físico y mental brutal. Por eso es importante hidratarse bien y comer durante toda la prueba. Mucha bebida energética, frutas, geles y barritas energéticas componen el menú deportista para ese día. Lo que pocos conocen tal y como desvelan entre risas los dos riosecanos es que el pasado año en pleno esfuerzo no dudaron en hincarle el diente a un bocadillo de panceta y a una porción de pizza con una buena cerveza con limón. Eso sí es un reconstituyente. Suerte.