Medina de Rioseco está de fiesta. Por un fin de semana la vieja ciudad castellana toma aires sureños y el Canal de Castilla deja de ser ese apacible surco de agua diseñado por los locos ilustrados para convertirse en ese Guadalquivir que tiene aromas de cante grande. Es la Feria del Caballo, la sexta edición, un evento tan consolidado en la Ciudad de los Almirantes que ya no se concebiría un mes de julio sin este espectáculo que congrega a más de diez mil personas.
Los jardines de la Concha se convierten en un improvisado recinto ferial, donde no falta una pista para los caballos, varios escenarios de actuaciones, casetas para la venta de artículos y una gran carpa donde poder escuchar buen flamenco mientras uno se toma un rebujito y un pincho. Los caballos, con sus jinetes vestidos de cortos, y las flamencas vestidas de gitana dan el color especial a la feria.
No solo los riosecanos disfrutan de este gran ambiente, también muchos vecinos llegados de los pueblos cercanos. Es el caso de Alba Martín, vecina de Tordeshumos, quien todos los años viene a la feria. “por nada del mundo me lo perdería, los caballos y el flamenco es mi pasión”. El presidente del club de Caballistas Hermanos Peralta, Jesús Pérez, vaticina una afluencia incluso superior a otros años y cree que el éxito es conjugar los espectáculos ecuestres, los conciertos y el buen ambiente. Jesús Pérez apunta que la feria es muy similar a la de otras ediciones, que con tan buenos resultados se ha saldado.
No tan optimistas se muestran los encargados de los puestos de venta de artículos caballistas y de complementos flamencos. Carmelo Payo decía este sábado por la mañana que la cosas “está más floja” por la crisis, aunque esperaba que en la tarde noche del sábado y este domingo la situación mejore.
A lomos de sus monturas, aficionados como Jesús Martínez o Raquel García no cambiarían nada de esta feria. Para ellos este evento es algo que se ha consolidado en la localidad. Martínez dice que “es un beneficio para Medina de Rioseco”. Para Raquel García este “es un fin de semana que esperas porque estas rodeado de familia, en mi caso hermanos, y cada una de ellas es especial”. Aunque Sandra González no es miembro del club de caballistas no se pierde la cita y en la mañana del sábado disfrutó de un buen paseo por el Canal con su caballo Valeroso. Desde San Sebastián llega cada año José Luis López, quien mantiene el vínculo con su localidad natal gracias a la afición al caballo. “Me gusta todo lo que gira en torno al mundo del caballo y disfruto mucho con este ambiente”.
Calor y muchos visitantes en la segunda jornada de Feria
Dos ingredientes marcaron la jornada sabatina de feria: el calor y una masiva afluencia de visitantes. La mañana comenzó con un agradable paseo por los caminos de Sirga del Canal de Castilla hasta el puente de Villalón que congregó a un centenar de caballistas, algunos luciendo vistosos carros. El rebujito y la actuación de Rafael Romero animaron el vermú y, ya por la tarde, una quincena de jinetes demostraron su buena monta en una exhibición de doma vaquera. La Escuela de Danza Villa de Bureva de Simancas ofreció una demostración de sevillanas, mientras que el club de Caballistas riosecanos desplegó toda una serie de coreografías y números, donde el baile y el caballo se mezclan armoniosamente. La segunda jornada concluyó con una larga y muy animada actuación del grupo Arte y Compás, un clásico en la Feria del Caballo riosecana.