Ana Mulero y el arte de la pintura sobre piedra

Esta joven riosecana realiza todo tipo de creaciones artísticas en cantos rodados, que van desde mascotas y animales, hasta monumentos y pasos de Semana Santa

L.A.G.

El arte es la manera más bella de materializar sentimientos y emociones, así como de inmortalizar monumentos, personas y cosas. En el proceso creativo el cerebro y el corazón se ponen en marcha, trabajan al unísono. El instrumento con el que se crea, también importa en el resultado final. Puede ser la mano o el pie, una brocha o un pincel. Y el material en el que se plasma el arte dice mucho de lo que el artista quiere transmitir. No es lo mismo pintar en una pared que en un lienzo, ni en un folio que en una piedra.

Es en este último soporte en el que la joven riosecana, Ana Mulero, explota toda su vena artística. Estudió Conservación y Restauración de Bienes Culturales en León y el último año de la carrera, se fue a vivir la experiencia Erasmus a Italia. No hay mejor lugar para impregnarse de arte en estado puro. “Allí es dónde despertó mi curiosidad por las pinturas al óleo y al temple, de las que también tengo varias creaciones”, recuerda.

Fue hace unos años cuando vio por primera vez una piedra pintada, “era una piedra que le regalaron a mi tía, lo vi, me gustó y lo probé”, cuenta. Por aquel entonces solo se dedicaba a realizar pequeñas obras con flores y otros elementos decorativos, pero su entorno no tardó en darse cuenta de la habilidad que esta joven posee y comenzaron a encargarle cada vez más creaciones y cada vez más complejas. “Empecé haciendo pequeñas cosas para decorar, solo para mí, la gente lo vio y le gustó y ya me empezaron a encargar primero gente de mi familia y luego gente de Rioseco cosas más complicadas”, explica.

Entre las múltiples creaciones destacan edificios y monumentos riosecanos como la puerta de San Sebastián o la Torre de Santa María, así como de otras localidades, animales, y “lo que más llama la atención y más gusta en Rioseco son las pinturas de los diferentes pasos de Semana Santa». No podía ser de otra manera en una ciudad con una arraigada tradición semanasantera.

Esta inusual y desconocida técnica de crear arte combinando pintura acrílica con canto rodado tiene una particularidad, las imágenes son creadas aprovechando las formas naturales de las piedras, lo cual le otorga volumen a la creación. Para pintar una piedra, esta joven artista, primero piensa en lo que va a crear, “después ya busco la piedra que mejor se adapte y ya me pongo a trabajar con ella, sin modificar ni tallar la materia prima”, explica.

Se trata de una práctica complicada, que nada tiene que ver con las pinturas al óleo y otras técnicas convencionales. De hecho, tiene una dificultad añadida con respecto a los cuadros y es que según explica Ana, “a pesar de que es más llamativo, bonito y tiene más gracia pintar sobre piedra que sobre un lienzo, también es mucho más trabajoso”. Cada una de estas creaciones son fruto de una minuciosa y delicada labor. “De media me llevan unas cinco horas, e incluso hay algunas que más”, afirma. El proceso se basa en “primero se aplica una base blanca, pinto por encima con un pincel finito y luego le doy un acabado de barniz para unificar”, relata la joven riosecana.

Es por esto que Ana en la actualidad, solo realiza estas obras de arte a pequeña escala por encargo. “Tengo una página en Facebook y un blog en el que cuelgo todas las piedras que voy pintando y la manera de contactar conmigo y también han sido expuestas al público la pasada Semana Santa, con una exposición en la empresa riosecana JesGar”, cuenta. Pero, según Ana, si hay algo que ha incentivado y aumentado la demanda de estas piedras pintadas es “el boca a boca”.

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