
Con buen criterio se dice que la publicación servía, y que así debía ser, para publicitar la Semana Santa riosecana y el ingente conjunto histórico y monumental de la ciudad. El desconocido autor del texto evoca un viaje realizado a Rioseco acompañado del marqués de Vega de Anzo, que le sirvió de guía visitando “esas tres iglesias, que son en realidad tres catedrales”. Y remata su escrito con una curiosa disertación sobre el turismo y la clase de visitantes que debe recibir cada Semana Santa, argumentando que “… a Sevilla van yanquis, van ingleses, van elementos exóticos de distintos lugares de la tierra; Rioseco se satisface con que vayan a su Semana Santa elementos españoles que quieran meditar unos momentos y levantar una plegaria a Dios”.
Que así siga siendo y que la actual revista, heredera de aquella iniciada nada menos en 1925, siga manteniéndose firme en el objetivo con el que nació: promocionar nuestra Semana Santa y la historia y el arte que nuestra ciudad atesora. Que sea exclusivamente de Medina de Rioseco, sobre Medina de Rioseco y para Medina de Rioseco.
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