Ya es habitual ver pasear a Raphael Occiuzzi de esta guisa c0n sus impresionantes vehículos clásicos. Su última aparición, el domingo con un precioso crudriciclo de 1898, que asombró a los visitantes que paseaban a esas horas por la calle Mayor. Una buena forma de ir a comprar el pan. Occiuzzi dota una página web en la que cuelga fotografías y vídeos de sus joyas de dos y cuatro ruedas.
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