
La situación cambió. Primero fueron los cocodrilos del Sequillo, comercializados por la empresa riosecana Wengué. Y es que cualquier visitante queda sorprendido con la piel del caimán que adorna la cancela de la iglesia de Santamaría. Una buena ocasión, sin duda, para llevárselo en forma de piruleta, de camiseta o de cualquier otro recuerdo. Más tarde, ha sido la joven emprendedora y empresaria riosecana Laura Cáneva Lobato quien ha querido inmortalizar toda la esencia de Medina de Rioseco y, en concreto, de su Semana Santa en Riosequito, un simpático cofrade que alegra desde dedales a zapatillas, pasando por libretas o neceseres.

Desde entonces Riosequito se ha plasmado en multitud de productos para su comercialización, siempre con una calidad muy cuidada. Dedales, imanes, tazas, llaveros, estuches, carteras, neceseres, zapatillas, toallas, libretas… se pueden adquirir en diferentes puntos de venta como la cestita de Labores (en calle armas), el Hotel Vittoria Colonna, el Museo de Semana Santa y de San Francisco, la iglesia de Santa María o el Centro de Recepción de Viajeros del Canal. Sin duda, un simpático regalo que hará recordar con una sonrisa el paso por Medina de Rioseco.
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