Hace ciento veinte años nacía el cine. Un diecinueve de marzo de 1895, para mayor precisión. Los hermanos Lumière sacaron la cámara por ellos inventada a la calle y rodaron la primera película de la historia: Salida de los obreros de la fábrica Lumière. (Una cosa obvia, ¿no?). Cuarenta y seis segundos. Y tres tomas, probablemente, antes de que los nuevos cineastas quedaran satisfechos. Edison, con el kinetoscopio, y otros inventores habían aportado artilugios y avances que permitieron que los Lumière alcanzaran este momento inaugural de un nuevo arte. Pero sólo ellos aportaron algo más que un invento revolucionario -la cámara cinematográfica-, también “inventaron” la forma en la que todavía vemos el cine: en una sala, en grupo, compartiendo con el resto de espectadores emociones. ¡Larga vida al cine! Pasemos ahora a repasar algunas de las películas en cartelera.

La delicadeza del director ha entendido la importancia del valor del símbolo y de la elipsis para contar esta atroz historia: así la prohibición de jugar al futbol -por ejemplo- se nos muestra con unos niños que lo juegan sin balón; o la lapidación de una pareja de adúlteros en su terribilidad no dura más que uno segundos.
Al contemplar esta película que capta la belleza del desierto o de las ciudades de barro y a sus habitantes luchando y disfrutando de sus genuinas vidas, de una forma tan eficaz como sencilla, recordamos la ética y estética narrativa del neorrealismo italiano (Ladrón de bicicletas), y comprendemos que para hacer buen cine no hacen falta grandes medios pero sí, a veces, mucha valentía.

La ciudad muerta del documental es Barcelona en 2011: durante la ocupación de un edificio abandonado resulta herido un guardia urbano por el impacto de un tiesto. La investigación de la policía y de la jueza instructora determina que los autores son varios miembros del movimiento okupa que serán condenados a tres años de cárcel… El problema es que, según se demuestra en el documental -¡y en el juicio!-, los acusados y condenados no pudieron ser los autores del hecho porque estaban a pie de calle y que el objeto contundente -un tiesto- tuvo una trayectoria vertical. Una de las presuntas implicadas -Patricia Heras- ni siquiera estaba en el lugar de los hechos, ni pertenecía al movimiento okupa. (Patricia se suicidó, incapaz de soportar la situación).
El documental desmonta las “pruebas” falsas, indaga en los territorios de la impunidad y deja abierta la puerta al restablecimiento de la verdad jurídica en Estrasburgo.

Se acercan días de asueto y pasión. Buena ocasión para ver otras películas que se quedan en el tintero y que están ahí, en los cines: Puro vicio de Paul Thomas Anderson, El año más violento de J. C. Chandor o, de nuevo en pantalla grande y versión original, Blade Runner, en un nuevo montaje del director: película para volver a ver una y otra vez, incansablemente, y de la que tienen una apasionada reseña en esta sección que pueden consultar.
Acabamos como empezábamos, con los hermanos Lumière: Para quienes vayan a ir a París -¡no estaría mal!- pueden visitar la exposición dedicada a ellos en el Gran Palais, en el que se ha reproducido el Salón Indio del Grand Café de París, donde el 28 de diciembre de 1895 se organizó la primera proyección comercial, con público que había pagado su entrada. En esa misma pantalla se exhibirá Salida de los obreros… y las 1.440 películas que dirigieron Auguste y Louis Lumière.
Quien vaya que luego nos lo cuente, por favor.
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