La nevada pilló a casi todos de imprevisto. Con nocturnidad y alevosía. Y aunque fue breve, también lo fue intensa. Y de esta forma, Medina de Rioseco, por tercera vez en lo que va de invierno, se cubrió con un blanco manto; para disfrute de los aficionados a la fotografía; que afortunadamente en la Ciudad de los Almirantes son muchos. José Ignacio Santamaría Magdaleno nos envía estas preciosas imágenes que cambian por completo la fisonomía habitual de nuestra ciudad.