
Fueron los empleados municipales de mantenimiento de la piscina climatizada quienes dieron la voz de alarma el pasado martes por la mañana. La propietaria del local, aún de vacaciones, se personó en el bar y vio como una de las lunas de seguridad con acceso a la piscina de verano estaba “reventada” con “un gran boquete”.
No obstante, los ladrones o los autores que intentaron el robo no se llevaron nada. “No tenemos nada de valor y apenas botellas, ya que estábamos de vacaciones”, dice Leticia Alfageme, quien solicita “más vigilancia” ya que nos sentimos “indefensos”. “Esto no puede seguir así”, en referencia a la oleada de robos cometidos en el último año en la localidad riosecana.
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