Refresco a pocos kilómetros de la ciudad (III)

Gonzalo Franco Revilla concluye con este reportaje su serial dedicada a las fuentes de Rioseco. En este caso se ocupa de las del término municipal

Gonzalo Franco Revilla/Fotos: Fernando Fradejas y Luis Anselmo Sánchez

Siguiendo con el apartado anterior en el que escribíamos sobre las fuentes localizadas en el término municipal, en este  último capítulo vamos a ocuparnos de las que quedan por reseñar, incluidas las de Palacios de Campos, pedanía vinculada administrativamente a Medina de Rioseco.

Además de aquellas que, en anteriores entregas, quedaron sin mencionar. De algunas desgraciadamente no queda más que el testimonio oral de que allí, efectivamente, hubo una fuente o manantial, pero en algunos casos sólo queda la referencia en el mapa con el nombre pero sin que queden restos o señales de que  el agua manaba en el lugar. En la población de Palacios  tenemos reseñadas dos fuentes: La Empedrada en el centro del pago conocido como El Pardo, entre los pagos de Las Almendreras, Los Tejares, La Subida a los Carros y La Cabaña y La Fuente del camino de Belmonte, cerca del Arroyo llamado del Cáncer, entre los pagos de El Paredón y La Noria, donde encontramos una pequeña laguna conocida como la de los árboles.

En el pago de las Quintillas muy cerca del alto del Moclín nos encontramos con la Fuente de las Quintillas y entre los pagos de San Buenaventura, Valdepreñá, Las Bragas, Las Boneteras y Miragallos, la Fuente de Valdepreñá. En el pago conocido como Valdescopezo, lugar en el que en tiempos estuvo -primero la ermita y luego el monasterio franciscano de nuestra señora de Valdescopezo-, en un repliegue a manera de anfiteatro que  forman los alcores, donde hoy solo hay como dijo D. Esteban García Chico “ unos muros de la cerca en ruinas vestidos de hiedra” tenemos a la denominada La Samaritana, cuyo solo nombre nos evoca ese pasaje de la Biblia donde la mujer de la ciudad de Sicar socorría la sed de Jesucristo.

Asimismo, en este paraje aún existen las denominadas Arcas por donde discurría el agua que iba hasta la población, hoy paralelas a la nacional 601. Tomando la carretera de Palazuelo de Vedija siguiendo la antigua vía del Tren Burra en un conocido teso paralela a la carretera nacional 601 dirección a León tenemos otra, la llamada Fuente de Valdelatorre. Y cerca, en el conocido como Teso Rallado en su ladera, una con piedra de mampostería conocida como la Fuente del Barro.

En el camino Aguilar desde Rioseco tenemos la Fuente de los Agudillos. En la finca de Pozopedro, en la carretera de Villalón, tenemos un pozo manantial ya sin uso. En un antiguo camino que iba desde Rioseco a Tamariz se encontraba un pozo hoy ya desaparecido. En la reseñada carretera de Palazuelo a la derecha, pegada a la carretera, se encuentra la llamada Fuente del Pollo, que estuvo a punto de desaparecer y sucumbir cuando la carretera fue ampliada.

En esa misma carretera existió una, de la que solo queda la referencia con un nombre cuanto menos curioso, Matagallegos, que seguramente tenía que ver con las labores de recolección del cereal que realizaban en su mayor parte  cuadrillas de personas venidas del noroeste español y que por el nombre de la fuente podemos suponer que a alguno de estos segadores que fue a mitigar sus sed terminara con funestas consecuencias, no tanto creo yo en forma de deceso, como de algún malestar gástrico. De esta solo queda la reseña del lugar en el plano y en la memoria popular, no hay rastro físico.

En la carretera de Medina de Rioseco a Villafrechós tenemos otra en la finca de Mesita y muy cerca en la carretera de Rioseco a Villaesper una que se sitúa en la finca de Costillala Fuente de La Salud. En esa carretera nos encontramos con los restos de una noria en el denominado como caserío Manso y en la misma carretera a la derecha la conocida como Fuente El Bolo. En la carretera de Rioseco a Valdenebro en una zona de chopera y zarzales en un estado de abandono y descuido evidentes, donde nace el llamado arroyo Pepino, tenemos la fuente- pozo de La Casa Quemada y, por último, en la finca de la Perla tenemos la última de las fuentes reseñadas. Acompañando a este artículo han ido las fotografías recientes de Fernando Fradejas y otras más antiguas de Anselmo Sánchez, en ellas se puede comprobar cómo, a veces, el paso del tiempo, es nefasto para este patrimonio popular en forma de fuentes públicas y manantiales, pero también que es posible su restauración o arreglo. Con este capítulo damos por terminado el trabajo sobre las fuentes de Medina de Rioseco y Palacios. Si alguien cree que nos hemos olvidado alguna no estaría mal que nos lo indicara o mencionara, está en nuestra disposición el que si a esto da lugar, incluyamos un apéndice documental con las aportaciones.

Leer más sobre las fuentes:
Fuentes en el núcleo urbano (I)
Caños y manantiales en el término (II)

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