
Las obras, que comenzaron hace cerca de un año, se han centrado en el interior, con instalación de nueva calefacción por aire, renovación de redes eléctricas y restauración del retablo mayor y uno lateral, que acogerá el sagrario. Además la antigua sacristía se ha reformado para acoger un servicio y la sala de calderas y se ha intervenido en el trasaltar con la creación de un pequeño cuarto y la renovación de parte de la escalera que asciende al retablo.

Tras muchos años de estar cerrada, las obras han recuperado la puerta principal de la iglesia, que dará paso al interior, además de la lateral. A los pies de la iglesia se ha habilitado un espacio bajo el coro que será la nueva sacristía.
El presidente de la Asociación Protemplos, Antonio Santamaría, destacó que la iniciativa tenía por una lado el fin de «rescatar del olvido una iglesia del siglo XVI de gran valor dentro del patrimonio riosecano», y por otro «el acondicionar el templo para que pueda compartir el culto con los de Santa María y Santiago, en especial para usarla en los meses de más frío». Santamaría hizo un agradecimiento especial para la colaboración desinteresada del arquitecto Raúl Villamor.
El conjunto de todas las intenciones ha tenido un coste de 225.000 euros, que será financiado en parte con un adelanto de 120.000 euros que ha realizado el Arzobispado vallisoletano, siendo el resto costeado por una aportación de La Caixa y la propia Asociación Protemplos a través de donaciones y colectas. Sin embargo Santamaría expresó que todavía hay muchos de los pagos sin cubrir y animó a todas las personas que quieran colaborar haciendo un donativo en la parroquia o en la cuenta corriente que Protemplos tiene en La Caixa, Cajamar y Caja España-Caja Duero.
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