
En el sector educativo se están introduciendo cada vez cambios más importantes de la mano de estas nuevas tecnologías. Es habitual ver desde hace unos siete años en las aulas de los dos colegios riosecanos las conocidas pizarras digitales interactivas. “La primera pizarra digital se instaló en una clase de uso común en el curso académico 2005/2006, desde entonces hemos avanzado mucho en ese terreno. A finales del curso pasado, la Junta de Castilla y León nos concedió la acreditación de Centro TIC en su nivel 3”, explica Elvira Brezmes, directora de San Vicente de Paúl. Con esa misma acreditación cuenta en CRA Campos Góticos, no obstante esperan subir al Nivel 4. “Lo hemos solicitado y seguramente nos asciendan porque cumplimos los requisitos”, cuenta Alejandro del Rey, director del centro.

Los niños son “nativos digitales”
Los alumnos se han adaptado mucho mejor que los profesores a esta invasión de las nuevas tecnologías. “Hay que tener en cuenta que ellos han nacido en la era digital, son nativos digitales y las nuevas tecnologías están presentes en su vida cotidiana desde que nacen”, señala Elvira Brezmes. La adaptación de los profesores sin embargo ha sido más costosa, algo en lo que coinciden ambos directores. Alejandro del Rey aseguró que los maestros de Campos Góticos “llevan tres años formándose a fondo y la todos lo controlan y lo utilizan mucho”. Por su parte desde San Vicente de Paúl, Elvira Brezmes cuenta que para poder adecuarse a estas nuevas herramientas educativas el claustro profesoral tuvo que realizar diversos cursos de formación. “Llevamos formándonos en este ámbito desde el curso 98/99 y en estos momentos todo el profesorado utiliza de manera sistemática las nuevas tecnologías en su práctica docente”.
El impacto de lo que se enseña a través de estas pizarras digitales interactivas es mucho mayor y por lo tanto el aprendizaje y los resultados son también mayores. El alumno se siente parte de la lección, le resulta más atractivo e interactúa más con el profesor y la materia que este imparte. “La atracción de la imagen es muy poderosa, despierta la curiosidad de los nuños y les hace implicarse más, es algo muy motivador para ellos y para los profesores”, afirma el director de CRA Campos Góticos. A su vez, Elvira añade, que estas nuevas herramientas “facilitan un proceso de enseñanza más individualizado”. En cuanto a la supervivencia de las pizarras y las tizas tradicionales coinciden en que ambas coexistan y se complementen. “La escuela no puede mantenerse ajena a un cambio tan profundo, pero es necesario que los niños utilicen el papel y el lápiz, que escriban, que dibujen y que lean en el libro”, concluye la directora de San Vicente de Paúl.
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