Hasta Santiago, con la ayuda de una yegua y un carro

El madrileño Manuel Vázquez y el iraní José Jomdom hacían noche en el albergue de las Claras en su peregrinar por el Camino que pretenden acabar el 26 de mayo

Miguel García Marbán/Fotos: Fernando Fradejas

Son bastantes los peregrinos que se ven pasar por Medina de Rioseco en su Camino por la ruta de Madrid hacia Santiago de Compostela. Unos van andando, otros en bici y no falta, aunque son los menos, los que eligen el caballo para realizar su singular peregrinación o, como ocurría hace unos días, un coche tirado por una yegua.

Los madrileños Manuel Vázquez y José Jomdom, éste último de origen iraní, pasaban hace unos días en nuestra ciudad para realizar una parada en el Camino en el albergue del Convento de las Claras. Con una media de 25 km. al día, su objetivo es llegar el 26 de mayo a Santiago de Compostela, tras haber partido el 2 de la localidad segoviana de Zamarramala, donde un amigo les ha dejado el coche y la yegua que les sirve de medio de transporte.

Para Manuel, este es su tercera peregrinación, la primera en un coche tirado por una yegua, y “espero que no sea la última, ya que te transforma la vida, después de vivir los agobios y las prisas diarias de Madrid”. Por eso, no duda en destacar que cuando sus nietos sean mayores le gustaría hacer el Camino con ellos de la misma forma. Para José, es su primera peregrinación “en una experiencia única”, a pesar de las lluvias de mayo y del barro de los caminos, que les ha hecho, en alguna ocasión, transitas por carretera para evitar que las ruedas del coche se quedaran atolladas.

Con la sabiduría que da la experiencia y los años, y con una poblada barba blanca que recuerda a los peregrinos de tiempos pretéritos, Manuel califica esta ruta jacobea “de poco conocida”, con buena infraestructuras, aunque pocas, y “con la tranquilidad, el sosiego, la soledad, el silencio y la posibilidad de meditación como principales características.” Como anécdota, el veterano madrileño quiso destacar que en Alcazarén les habían dejado los toriles de la plaza de toros portátil para el coche y la yegua.

Después de una parada en la Ciudad de los Almirantes para descansar y reponer fuerzas, a los peregrinos les esperaba una de las partes más bonitas de este camino, el Canal de Castilla. Desde Rioseco ya sólo les quedará 425 kilómetros para llegar a Santiago. Una vez más, “ultreia” para ellos, que es el saludo de ánimo que se dan los peregrinos en el Camino.

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