
Tras la victoria francesa del 12 de junio en la batalla de Cabezón, el general español García de la Cuesta condujo a sus hombres hacia Benavente, donde consiguió reunir unos 10.000 soldados de infantería. Su ejército, sin artillería y sin apenas caballería, necesitó el refuerzo del Ejército de Galicia, relativamente más importante, y dirigido por el general Joaquín Blake. Los ejércitos de Galicia y Castilla marcharon sobre Valladolid, y los franceses hicieron lo propio mirando a Benavente. Bessières, enterado del movimiento de las tropas españolas, organizó un ejército de unos 14.000 hombres para detenerles. Entre ambos ejércitos sumaban unos 21.700 hombres, y el choque se produjo en Medina de Rioseco. Los españoles perdieron cerca de 3.000 hombres y toda su artillería, mientras que los franceses sufrieron menos de 500 bajas, y aseguraron el camino a Madrid para José I. Para el emperador supuso la solución definitiva de los asuntos de España. El sufrimiento de la guerra, las ejecuciones y los saqueos supusieron para Medina de Rioseco un desastre social y económico que tardó casi cien años en superar.
En Medina de Rioseco, esta declaración viene a unirse a las de las iglesias de Santa María, Santiago y San Francisco, al conjunto histórico artístico de la ciudad, al Canal de Castilla y a la Fábrica de Harinas San Antonio. Sin olvidar la solicitud que hace pocas semanas el Ayuntamiento riosecano hacía para la plaza de toros. El alcalde de la localidad, Artemio Domínguez, al enterarse de la noticia se mostraba satisfecho y destacaba el gran número de Bienes de Interés Cultural que atesora Medina de Rioseco.
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