Hubo un tiempo en que la celebración de los Carnavales en Medina de Rioseco alcanzó una importancia comparable a la de su Semana Santa, que ya es comparar. En esos años, los últimos del siglo XIX y las primeras décadas del XX, Rioseco se llenaba de murgas, comparsas, soldados de mentiras y máscaras. Y de decenas de visitantes de pueblos circundantes que asistían a sus desfiles por la La Rúa.

Hoy en homenaje a aquellos riosecanos que llevaron el Carnaval a las cotas más altas y a aquellos que intentaron recuperar el esplendor ya perdido, dedicamos nuestro artículo. Y lo hacemos a través de tres fotografías de distintas épocas. La primera de ellas data de principios del siglo XX y está tomada en la puerta del convento de Santa Clara. En ella se ve una murga, a punto de comenzar el desfile. En aquellos momentos cualquier cosa servía para pasarlo y bien y generar un disfraz: unos pocos instrumentos musicales, unos trapos viejos cosidos a las ropas de diario y un coche destartalado al que se subía todo el grupo.
Las otras dos corresponden a finales de los años 70. En la número dos podemos ver un momento del concurso de disfraces infantiles organizado por la discoteca Gregory, que por aquellos años junto con La Oka, eran el centro en el que se congregaba la juventud riosecana. Fue un acto concurridísimo gente de todas las edades, niños y adultos acompañantes, que asistieron al mismo, no ya sólo a participar si no a mirar.
En la última de las imágenes podemos ver a algunos de los integrantes de la genial Escuela del Capillo, en concreto a Mercedes Hernando recibiendo un premio por su participación en los carnavales de ese año, entregado precisamente por Lolo Fernández, dueño de la discoteca Gregory.

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