
Fue esta misma mañana cuando los mágicos animales desaparecían misteriosamente. Las horas pasaban y el nerviosismo crecía en el Polo Norte ante la amarga posibilidad de que por primera vez en miles de años se tuviera que suspender la entrega de regalos a todos los ahogares del mundo.
A pesar de las intensas investigaciones de un completo equipo policial que estuvo bajo la coordinación del afamado detective argentino Arturo Borges, los renos han aparecido de repente. Ha sido Rodolfo, el jefe de los renos en el trineo, el que en su mágica condición ha expresado que la intención era hacer una rápida revisión a todas las rutas que tendrán que hacer esta noche “para que a última hora no tengamos sorpresas”. El propio jefe de los renos expresó sus disculpas porque se hubiera montado un revuelo tan grande.
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